Hace pocas semanas un grupo de personas, organizaciones ciudadanas y alguna que otra institución, se reunieron en la Casa de la Cultura de Ponferrada convocados por la causa «Bierzo Futuro Sostenible». La convocatoria fue un éxito, aunque su continuidad —vital para El Bierzo— lleva trazas de atascarse en los meandros y vericuetos por los que se derrama la energía vital y social que tanto necesitamos para defender nuestra tierra del expolio, la agresión ambiental y el delito ecológico.
En una primera aproximación, todos (casi todos) estamos de acuerdo en que El Bierzo necesita un futuro sostenible. Las diferencias de criterio, y sobre todo de concepto, afloran en cuanto bajamos a los detalles: ¿es sostenible la minería? Endesa, que está ahora de moda, ¿es sostenible, necesaria o es mejor de una vez por todas cerrar el grifo de la sangría económica y repensar las necesidades de nuestra comarca?
Con la minería y con Endesa llevamos décadas haciendo demagogia. Los políticos interinos que van y vienen por los cargos e instituciones, como por el andén de una estación de autobuses, se apuntan a vender cualquier moto y llevan años prometiendo salvar la minería, engañando a todo quisqui. En la minería no hay nada que salvar, excepto los derechos de los trabajadores (pero eso no se salva con mentiras, prórrogas imposibles y subsidios drogodependientes). Llevamos años y años tirando dinero MINER al pozo, despilfarrando en gastos suntuarios, sin haber sido capaces de crear una verdadera alternativa industrial a la minería muerta.
Con Endesa pasará igual: todos los vendedores de crecepelo se apuntan ya a mantener la ruina como si nos fuera la vida en ello, pero pocos hacen el balance real de lo que la minería, las canteras de pizarra o ENDESA han supuesto para El Bierzo durante todo el siglo XX: destrucción, pobreza y una altísima partida de gastos sociales que arrastraremos durante décadas.
El problema es sencillo: cualquier actividad económica, la más pequeña empresa, tiene los llamados costes ocultos. La señora Paca tiene una tienda de pueblo: trabaja de 8 de la mañana a 11 de la noche, no se apea del mostrador ni para comer, no conoce domingos ni festivos.
Cuando está a punto de cerrar, llega alguien a por un kilo de harina, sin piedad. La señora Paca hace algunos ahorros y cree que su negocio es rentable: desde luego, no computa todos los costes ocultos: si se pone un sueldo acorde con su horario y trabajo, la tienda entraría en pérdidas. En cuanto a su coste personal, tampoco figura en el balance. ¿Quién paga los costes ocultos? Ella, su familia y, por extensión, toda la sociedad.
En el negocio de Victorino y de todos los empresarios del ramo, los costes ocultos tampoco figuran en el balance. Solo manejan dos palabras: «Beneficio inmediato». La minería ha dado mucho dinero al Bierzo, se dice. Cierto, ha forrado algunos bolsillos, pero ha dejado un reguero de pobreza y destrucción. Una tarea urgente, que propongo a nuestras autoridades, es inventariar y evaluar los costes ocultos de la minería: los ecológicos, sanitarios, laborales, familiares. Mina por mina, examinemos la destrucción que ha causado, cómo han quedado los pueblos y los pulmones de los silicosos.
Casa por casa, contabilicemos ludopatías y alcoholismos asociados a la mina.
Ni un solo minero se ha hecho rico. Los pueblos en vez de mejorar, han ido muriendo, se ha despoblado todo el tejido rural berciano; y lejos de rejuvenecer, con pujanza industrial, envejecen y agonizan: dénse una vuelta por Laciana, Toreno, Matarrosa, Fabero, Corbón… ¡pero los empresarios cucos se han llevado su ‘beneficio inmediato’ a otra parte!
Hagamos las cuentas con Endesa, pero hagamos las cuentas de verdad: cuánto ha ‘ganado’ El Bierzo y cuánto nos ha costado la broma. ¿Ha tenido El Bierzo más y mejor energía eléctrica, más barata?, ¿Quién se hará cargo de la escombrera de Cubillos pasado mañana? (No seamos ingenuos, ¿quién tuvo que apechugar con las escombreras de la MSP, la famosa montaña negra de Ponferrada?). Y en cuanto a la contaminación ambiental y atmosférica, ¿han echado ustedes las cuentas o tenemos que repasar uno por uno los ingresos en el Hospital del Bierzo? Aplíquese el cuento a la chimenea de Cosmos, que tampoco saben hacer bien las cuentas sociales.
Como la seguridad social la pagamos todos, ancha es Castilla: ¿tiene usted silicosis? ¡Vaya, hombre, qué mala suerte! Y dice que trabajó en Casayo, ¿cuántos años…?
Cuando hablamos de un futuro sostenible para El Bierzo, hablamos de saber sumar y restar: poner en un platillo de la balanza los presuntos beneficios (no los del empresario que vive y disfruta en Madrid, como en su época los dueños de la MSP; o del capital chino que se anuncia para Forestalia; los beneficios sociales reales) y en el otro platillo de la balanza ponemos los perjuicios, las pérdidas, los pueblos destruidos, los paisajes masacrados, los ríos envenenados y las familias deslavazadas. Y hacemos las cuentas de veras.
Una economía sostenible es la que tiene futuro: los crecepelos que nos venden (minería, Endesa, Cosmos, Forestalia) significan pan para hoy y hambre para mañana. Abramos los ojos de una vez por todas. ¡Arriba las ramas!
Bierzo SOStenible
De los años de demagogia de la mano de la minería y de Endesa
15/05/2017
Actualizado a
19/09/2019
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