Bilbao-Padre Isla, tres trasbordos, dos autobuses y dos trenes a 30 kilómetros de velocidad máxima

"El viajero no importan", critican los usuarios, que alertan también de la falta de revisores, sobre todo en los autobuses contratados para sustituir a los trenes

D.L. Mirantes
11/05/2016
 Actualizado a 19/09/2019
Un cartel de protesta ante la estación de Matallana. | DANIEL MARTÍN
Un cartel de protesta ante la estación de Matallana. | DANIEL MARTÍN
La emigración de leoneses a Bilbao fue una constante hace unas décadas. Gran parte de esos emigrados procedían de las zonas por las que pasa el tren de Feve, que aprovechaban como vía de escape a la falta de oportunidades. A pesar del paso del tiempo, en sus retornos a la provincia mantuvieron la costumbre de utilizar el servicio de vía estrecha. Sin embargo, el trayecto entre la capital vizcaína y la capital leonesa se ha convertido en una especie de ‘gymkana’.

Según las fuentes consultadas, el primer tramo del recorrido (Bilbao-Mataporquera) se realiza en tren. En la localidad cántabra los viajeros, con sus maletas, tienen que cambiar, a un autobús que los traslada hasta Cistierna, donde vuelven a dejar la carretera para subir de nuevo en el tren que los llevará hasta el apeadero de La Asunción, ya en la capital leonesa, donde tendrán que volver a coger otro autobús, está vez urbano, para que los acerque al centro.

«El viajero no importa», critican los usuarios, que alertan también de la falta de revisores, sobre todo en los autobuses contratados para sustituir los servicios de trenes. No siempre viajan interventores y los chóferes no cobran, por lo que la compañía también está perdiendo ingresos por esta parte. En este sentido, en las estaciones que cuentan con tornos la pérdida de billetes es menor, pero en gran parte de los apeaderos no existen máquinas expendedoras y el usuario, aunque quiera, no puede abonar el precio correspondiente del billete.

Además, los usuarios también critican la falta de información y los retrasos o los cambios injustificados en los horarios. Algunos optan por llamar antes a las estaciones para asegurarse de que se va a realizar o no el servicio.

Otras veces, explican los afectados, el autobús de sustitución se llena en Cistierna, por ejemplo, y ya no realiza ninguna de la paradas previstas en el trayecto a León, con el consecuente perjuicio para los usuarios.

Ante estas eventualidades, los trabajadores alertan de las «quejas constantes» por parte del pasaje, a pesar de que no se traduce en reclamaciones formales porque, generalmente, el usuario no está dispuesto a cumplir con los trámites burocráticos. «Ya han perdido bastante tiempo», protestan.
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