Herminio Medina, presidente de la Junta de Gobierno de la Comunidad General de Regantes del Páramo Bajo, califica como «zona catastrófica» las 24.000 hectáreas con las que cuenta su comunidad. De ellas 21.000 ya están modernizadas y las 3.000 restantes en proceso de modernización, y ni una se salva de los aguaceros reiterados desde el mes de septiembre. Analizando la situación por la que atraviesa el campo esta campaña, «la peor de la historia del regadío»”, Medina pide tanto a la consejería como al ministerio de Agricultura y Ganadería que «con carácter urgente visita la zona y compruebe que no estoy mintiendo para a continuación sentarnos en una mesa y darle solución a este problema».
Entre las medidas que estiman oportunas para evitar el hundimiento de la agricultura, esta Comunidad pide «que cambien el formato de la PAC porque el agricultor si siembra no puede ir a tres cultivos como exige la normativa». «A los agricultores ya no les va a dar tiempo de hacer sus siembras, toda la remolacha está sin sembrar y la que se ha sembrado, se ha hecho por dos veces con lo que el agricultor a perdido todo», lamenta teniendo en cuenta que a primeros de marzo tenía que sembrarse la remolacha y a últimos de abril, como máximo, todo el maíz. Además, piden «el aplazamiento de los créditos de las amortizaciones en las obras de modernización y que no se demoren más las ayudas que han concedido por sufragar esos gastos y que están envueltas en trabas burocráticas».
"Hay que evitar el hundimiento"
La sede de esta Comunidad está ubicada en Zotes del Páramo, uno de los 37 pueblos de León y Zamora que están bajo el paraguas de la Páramo Bajo en la que hay unos 5.000 propietarios de fincas. Comenzaron con la modernización del regadío en 2006, y llevan ya 6 campañas de riego, una situación que les ha convertido en pioneros y en la comunidad de regantes más modernizada de Castilla y León. Por eso Herminio ve inevitable hacer un recorrido por su trayectoria, mirando hacia el esfuerzo que han hecho los agricultores en soportar los elevados gastos del amueblamiento de fincas y «sin rendirse nunca». «Con esta situación se puede hundir el campo ya que los agricultores han tenido que soportar créditos importantes para invertir en infraestructura con la que regar por los nuevos sistemas», denuncia. Ve también inevitable que las administraciones tomen parte en el problema de la anegación de las fincas ante el miedo de que «los agricultores tengan que abandonar el campo por lo que provoca no sembrar a su tiempo ni garantizar cosecha esta campaña de riego» y se fija sobre todo en los más jóvenes: «no podemos dejar que se vayan ellos que han apostado por la agricultura modernizada». Herminio Medina es consciente de que esta situación se da en otras comunidades de regantes a las que pide «unión porque vamos todos en el mismo barco».