A punto de cumplirse un año desde que el matadero municipal de La Pola de Gordón cesase su actividad en abril de 2016, las instalaciones siguen paradas. Meses después, muestran un claro estado de abandono, pudiendo advertirse señales claras de ello como una vaya tirada o las puertas abiertas, lo que facilita que cualquiera pueda colarse dentro. El alcalde de La Pola de Gordón, Francisco Castañón, aseguraba en pleno el pasado mes de octubre que los contactos con la Junta de Castilla y León y con el gerente del matadero eran constantes, pero lo cierto es que el matadero sigue cerrado a cal y canto.
Prácticas insalubres, malos olores, y sobreexplotación durante años, tuvieron como consecuencia más de un centenar de denuncias ciudadanas que terminaron con el cierre de las instalaciones, siendo por aquel entonces alcalde Juan Carlos Lorenzana. «Me consta que Zana defendió a ultranza que el matadero permaneciese abierto», asegura a La Nueva Crónica uno de los vecinos afectados por los olores y vertidos. Sin embargo, la situación había llegado ya a un punto de no retorno tras una década de mala praxis, y nada pudo hacerse.
Denuncias por malos olores, por restos animales en las aguas del Bernesga o por la acumulación de pieles de cordero depositadas en el suelo y tripas en contenedores abiertos durante días, entre otras malas prácticas.
Un asunto que ya venía de hace tiempo, y es que en las actas de los plenos del Ayuntamiento de La Pola de Gordón, ya se recoge esta problemática. Así, en el acta del pleno del 13 de octubre de 2007, hace casi una década, se recoge un pregunta formulada por IU sobre el matadero, y la respuesta del que entonces también era alcalde, Francisco Castañón, indicando que en el momento que vean que existen problemas de olores se le avise.
La bomba estallaba en las pasadas elecciones municipales, cuando los vertidos al río Bernesga llegaban a los medios de comunicación a través de una denuncia de la agrupación local de Ciudadanos. También en elecciones, recuerdan los afectados, llegaron las promesas «una semana antes fueron hasta allí y se prometió una nueva depuradora».
Sin embargo, las malas prácticas se sucedieron, y en abril de 2016 se conocía la decisión de la Junta de Castilla y León de cerrar las puertas a la actividad en el matadero mientras que no se tomasen las medidas correctoras por los técnicos sanitarios en las últimas inspecciones a estas instalaciones. Casi un año después, no hay novedades sobre el futuro del matadero. Los informes emitidos por entes como Somacyl admiten la presencia de vertidos en el río Bernesga procedentes del matadero en las aguas del río Bernesga. Una situación que también fue denunciada ante la presencia de sangre, tripas e incluso orejas de cerdo en el cauce. Para la Junta de Castilla y León, sin embargo, los informes siempre fueron favorables hasta que se tomó la decisión –quizá por la presión ciudadana y mediática– de cerrar las instalaciones.
Las malas prácticas han cesado, y con ellas la actividad, el empleo y el servicio que ofrecían las instalaciones. ¿Responsabilidades? Ninguna. Después de decenas de denuncias ciudadanas, el problema no se solventó, sino que se cortó de raíz, sin imponer ninguna medida correctora o aclarar posteriormente responsabilidades.
El matadero municipal, a la deriva
Un centenar de denuncias ciudadanas y casi un año después de que cesase la actividad, nada se sabe sobre el futuro de estas instalaciones en La Pola
27/03/2017
Actualizado a
16/09/2019
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