Ingresar en la Bristish requiere un proceso muy largo, muchos filtros, controles de expertos mundialesDicho que no se aplica a sí mismo y ha dedicado toda su vida al estudio, a la investigación, a la Universidad, al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Una trayectoria que ha sido reconocida al ser nombrado Corresponding Fellow de la British Academy for the Humanities and Social Sciences, un hecho que, pese a la rara modestia habitual de este tipo de gente, no puede evitar reconocer que le llena de orgullo pues es muy importante. «Es cierto que se trata de la mejor noticia que me podían dar. La British Academy es probablemente la Institución académica de mayor prestigio a nivel mundial. El proceso de admisión de los candidatos se extiende por un período de más de un año y hay que pasar muchos filtros, controles y cartas confidenciales de expertos en el área. En ella predominan los miembros del Reino Unido y de la Commonwealth, sobre todo USA. Es un gran honor para mí, la Institución que me ha acogido en toda mi vida investigadora (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), y para España. Sólo hay otros cuatro españoles miembros de dicha Academia, entre ellos el exministro de Educación José María Maraval».
Es el punto final de una larga carrera de estudios de aquel niño de la posguerra que nació en Villanueva de las Manzanmas en 1940, que llevaba su pequeño brasero a la escuela para combatir el frío y jamás imaginó los caminos que iba a tomar. «Nunca fui capaz de imaginarme el futuro. La verdad es que ha sido fruto del azar o de muchas coincidencias. Ya en el colegio de los jesuitas, en León, estudiábamos latín y griego desde muy pronto y ahí puse las bases de mi futura preparación, pero sin sospechar mi dedicación futura».
Es la mejor noticia que me podían dar, es un honor para mí y para el CSIC; sólo hay cuatro españoles en ellaDedicación a la cultura clásica, a la Biblica, «el traductor de Dios»le llamaba el periodista Javier R. Marcos. Muchas universidades, muchas ciudades, León, Salamanca, Munich, Madrid, Comillas... siempre estudiando. «siempre he sido un estudioso y aficionado a los libros. En Salamanca comencé un contacto más serio con los autores clásicos al estudiarFilología Clásica con maestros como Ruipérez, Luis Gil, Tovar... En Munich me entusiasmé con la filosofía alemana sobre todo el idealismo alemán y me hubiera gustado seguir por ese camino sobre todo estudiando a Hegel y a Marx en los años sesenta del pasado siglo. Luego Teología en Comillas y Filología Bíblica Trilingüe en la universidad Complutense de Madrid. La verdad es que siempre he sentido una pasión por el pensamiento, las lenguas y el mundo intelectual».
Algunos de esos estudios, como Filología Bíblica Trilingüe de cuya primera promoción formó parte, ya ni existen. «Si me siento solo y sin continuidad en la especialidad de Filología Bíblica Trilingüe. Sólo ha durado tres décadas en la Complutense pero en realidad es lo que pasó con el Colegio Trilingüe de Alcalá fundado por del Cardenal Cisneros. No llegó a tres décadas de existencia. Los alumnos son pocos y la administración se mueve con criterios rentables y cuantitativos que es difícil alcanzar en estos estudios». El leonés, mientras tanto, sigue investigando, en el CSIC. La Biblia es su mundo, trabaja con un grupo en verter la Bibliagriegaa todos los idiomas. En Francia son 20 miembros, en Alemania 70, en España 3. Uno de ellos Natalio Fernández:«La Biblia como un elemento ineludible del humanismo del siglo XXI. Es el único libro declarado patrimonio de la Humanidad. Las Humanidades y más todavía la Biblia tienen que ser estudiadas para resolver problemas tan acuciantes como el conflicto de civilizaciones , el diálogo interreligioso, el problema del terrorismo y de los refugiados... enfín todos los problemas que hay en día han alcanzado una dimensión global».
"Nunca olvido mis raíces, mi pueblo"
Habla con entusiasmo de su trabajo como investiogador en el CSICen temas de la Biblia. Habla con orgullo de su ingreso en la que seguramente es la institución educativa de más prestigio del mundo, en la que sólo hay cuatro españoles, pero cuando se da cuenta de que anda un poco «por las nubes» de la investigación posa sus pies en el suelo y recuerda a su Villanueva de las Manzanas, aquella escuela fría de la posguerra, a su familia... «Regreso a casa siempre que puedo, claro, pero además también procuro mantener contacto en mi vida académica. En ella he establecido contactos con la Universidad de León y he pertenecido al equipo de humanistas españoles que ha apoyado a autores como Cipriano de la Huerga (también leonés), Arias Montano y Pedro de Valencia. Doy alguna clase al año en un Máster de la Universidad. No es mucho pero quiere decir que no he renegado de mis raíces». Pero la vida diaria, su vida diaria, le lleva a las salas de investigación que, por suerte, nada tienen que ver con aquella escuela.En dos momentos:
Nacido en Villanueva de las Manzanas"Aquella escuela era penosa"
«De mi infancia en Villanueva de las Manzanas, mi pueblo, guardo elrecuerdo de un pueblo de la postguerra con mucho frío y mucha escasez. Sin embargo fue una infancia feliz: en contacto con la naturaleza, los animales, los nidos, muchos niños y niñas. La escuela era penosa, solo había una estufa cerca del maestro. Los niños, separados de las niñas, llevábamos un braserito en una lata para calentarnos...».
Investiga la Griega Septuaginta
"Un texto hebreo sin vocales"
No es fácil hacer cercana la materia que estudia Natalio Fernández, cuya principal dedicación es preparar la versión española de la Griega Septuaginta, escrita hace 220 años. «es la primera interpretación de un texto hebreo consonántico (sin vocales), que es como interpretar una partitura musical. Por eso su lectura, en muchos casos es tan diferente de la del hebreo tradicional», explica. «Cuando se habla de la Bibliael contacto con ella es a través de una traducción española que suele ser traducción de la Biblia hebrea original. Ahora bien en el s. III a. C. en la corte de los Ptolomeos , sucesores de Alejandro Magno, se tradujo por primera vez la Biblia hebrea al griego, la lengua común de entonces desde que Alejandro Magno la extendiera con sus conquistas desde la India a España. Esta traducción griega, que es en muchos libros muy distinta del original hebreo, fue la Biblia adoptada por los autores del Nuevo Testamento y el cristianismo primitivo y se extendió hasta el Imperio romano».