José Antonio Alonso, que fuera ministro de Interior y de Defensa en el Gobierno de Zapatero, y la poeta y novelista Marifé Santiago Bolaños acompañarán al autor durante la presentación de su primera novela en la casa regional.

El escritor y periodista berciano considera que su novela conecta con la cita de Kierkegaard que dice que ‘la vida se debe vivir mirando hacia adelante, pero para entenderla es imprescindible mirar hacia atrás’. "Más allá de que desde hace muchos años tenía el deseo y la vocación de intentar hacer literatura, esta novela responde un poco a la conclusión de que este país, si pudiéramos llevarlo a un consultorio médico y hacer una analítica como las que solemos hacer las personas, daría que tiene dos graves dolencias que además arrastra de forma secular, desde mi punto de vista, que son alzheimer histórico y anemia ética. Intentar combatir un poco esos dos males es la modesta y humilde contribución que pretende ser ‘Los años felices’. Es una invitación a que todos los españoles nos pongamos delante del espejo y nos miremos sinceramente para evocar de dónde venimos, entender cómo hemos llegado a ser lo que somos, y a partir de ahí intentar encontrar las mejores soluciones para el futuro".
Uno de los títulos emblemáticos del cine de la Transición fue ‘El desencanto’, un concepto que hoy parece impregnar ese periodo que refleja la novela. "Es un sentimiento que ahora vuelve a estar muy presente a raíz de la situación que estamos viviendo desde hace ya unos cuantos años. Un momento en el que se han juntado una gran crisis económica, que ha derivado en una gran crisis social, y el hecho de que las instituciones no han sabido responder a las necesidades del momento e incluso se han visto contaminadas por ese fenómeno de corrupción que tanto ha indignado a la sociedad. Ahora bien, yo creo que el periodo actual y el periodo de la Transición democrática son momentos incomparables porque una guerra y una dictadura no son comparables prácticamente con nada en la vida de cualquier sociedad".
Ettore Scola fue un cineasta italiano que supo contar la Historia con mayúsculas de su país a través de las pequeñas historias de sus anónimos protagonistas, como muy bien ha quedado reflejado en el caso de ‘Nos habíamos querido tanto’ o ‘La familia’. De alguna manera, Gonzalo López Alba ha aplicado esa misma fórmula narrativa en el caso de ‘Los años felices’. "No he utilizado una referencia concreta de un escritor o de un cineasta, pero sí participo plenamente de esa filosofía en el sentido de que creo que la Historia casi siempre se escribe desde la perspectiva de los vencedores sobre los grandes hechos históricos y muy pocas veces desde la historia cotidiana de las personas. Y creo que en realidad es esa historia cotiadiana de las personas la que hace la gran Historia con mayúsculas. Y en ese sentido, la novela es un intento de explicar el periodo histórico que abarca esas décadas que son las más cambiantes y de más prosperidad de nuestra historia reciente a través de la historia de la gente normal. Por eso, en ‘Los años felices’ hay un elenco de personajes muy variado, tanto en edad, puesto que incluye a gente que vivió la posguerra e incluso la guerra civil, hasta otros personajes que son niños de nuestros días, pero también en cuanto al origen y el estatus socioeconómico. De hecho, los tres personajes principales salen del mismo pueblo pero tienen orígenes socioeconómicos distintos y una de las características que les une y que es identificadora de ese periodo es que pertenecen a una generación que a diferencia de las actuales sabía que iba a vivir mejor que sus padres y que tenía posibilidades ciertas de ver cumplidos sus sueños y sus ambiciones".