Entiendo que es complicado focalizar estructuras pontoneras en los más de 700 kilómetros que corresponden a las variadas vías y ramales del Camino a su paso por la provincia. El Camino de Santiago más reconocido es el francés, sin duda, pero también existen variantes o atajos, como son el Camino Olvidado o de la Montaña, frecuentado hasta el siglo XIII. La Ruta Valdiniense que entraba por Boca de Huérgano o el Camino de Invierno, cuando el trayecto original por Pedrafita do Cebreiro estaba cortado por copiosas nieves y desde Ponferrada, derivaba hacia la cuenca del Sil por Puente de Domingo Flórez.
Además de estos, hubo un itinerario desde Madrid, que acortaba el trayecto hacia el NW por Segovia y Valladolid, enlazando con el francés en la villa de Sahagún. Es desde este punto donde arranca nuestro pequeño registro pontonero con obras civiles monumentales, históricas y de gran belleza.
Sahagún está situado al SE de la provincia de León, en la amplia estepa cerealista de Tierra de Campos y pertenece a la comarca de Tierra de Sahagún, por la que circulan los cauces de los ríos Cea y Valderaduey. Villa monumental, destaca por sus monasterios cluniacenses, casonas blasonadas y por las incomparables iglesias mudéjares de San Tirso y San Lorenzo.
El puente canto o puente mayor
Así se conoce a esta magnífica obra pontonera, indispensable para el paso de peregrinos que lo cruzan a diario. Se le puede adjudicar un origen altomedieval pues ya se le cita en documentos mercantiles que firma el abad Domingo en el año 1113, aunque su impronta actual es más ecléctica debido a las reconstrucciones producidas entre los siglos XV y XIX conociéndose intervenciones puntuales como la del alarife Domingo de Praves en 1618 o más adelante, la de Juan de Orejo y la de Pedro Cayón. En 1825 -tiempos de Fernando VII- se encarga al fraile benedictino y arquitecto Miguel Echano nuevo proyecto y planos para su reparación. La última intervención documentada corresponde a las obras de remodelación que efectuó el arquitecto Eduardo Galán Mendizábal en 1880 y en la que se utilizaron viejos sillares de una capilla derruida del Monasterio de San Benito. Se trata de un puente con tablero alomado -a la usanza medieval- cuya longitud es de 94 metros y dispone de 5 vanos con arcos de medio punto. El trabajo de cantería en arcos, bóvedas y boquillas es variopinto, con piedra de arenisca de diferentes calibres y ensamblaje aunque predomina la buena talla. Tanto tajamares como espolones, siempre enfrentados, tienen planta triangular en cuña y llegan hasta cubierta produciendo descansaderos. Dada su angostura, se permite la circulación alterna por medio de semáforos aunque con limitación para MMA de 12 toneladas.
Su estado actual es deficiente y requiere una intervención para tratar la piedra en algunos de sus puntos. No existen señales de dirección hacia el monumento ni tampoco hay paneles que informen sobre su historia. Se encuentra bajo la influencia de la mítica calzada nacional N-120 (Camino de Santiago) en su PK 236 que atravesaba desde antiguo la villa y salvaba el cauce del río Cea por este puente.