Siempre se ha dicho que la historia del
Ademar es la historia del carácter leonés. Obviamente resulta muy osada la comparación al contar León con una historia muy extensa y rica. Pero sí se puede decir que forma parte de los
últimos 60 años, y en ese caso no hay opción a equivocarse.
A lo largo de las páginas que La Nueva Crónica ofrecerá los martes desde el próximo día 29 se recordará un poco lo que ha sido la trayectoria de un club que lo ha vivido todo. Que ha tenido altibajos, que ha estado en la oscuridad de haber estado a punto de desaparecer o de luchar en una categoría que no le correspondía, pero también ha tocado el cielo. Un cielo impensable para una ciudad como León como fue alcanzar un título de Liga en 2001, pero también otros como la Copa del Rey o la Copa Asobal, e incluso ha paseado su nombre, y lógicamente el de León, por toda Europa, incluyendo la Recopa en sus vitrinas.Un nombre que siempre ha sido compuesto ya que resulta casi imposible escuchar la palabra Ademar sin que se incluya la de León. Son un binomio inseparable y que incluye en el equipo su bien más preciado: los leoneses. Siempre se ha dicho que León es una ciudad de balonmano. y la afición leonesa lo ha demostrado una y otra vez con su respaldo al equipo de una forma constante en el Pabellón Municipal de los Deportes, la cancha en la que todo jugador de balonmano quiere disfrutar, pese a la presión que supone para los rivales esos partidos.Pero en ese nombre también debe incluirse esos ‘apellidos’ tan importantes a lo largo de la historia del Ademar. Cambian de vez en cuando, pero el club no sería nada si no contara con ellos. Son las empresas patrocinadoras. A lo largo de su trayectoria, además, se ha ligado a esos nombres con épocas del equipo, y casi hasta sirve para identificarlo. Por ejemplo ha sido CHF-Ademar (como producto de una fusión), Pepsi Ademar, San Dimas Ademar, Seur Ademar, Prosesa Ademar, Reale Ademar o Abanca Ademar, entre otros, a los que se deben añadir muchas más empresas que ponen su granito de arena para poder hacer realidad un pequeño sueño de una ciudad en forma de balonmano.
