La mascarada despide al invierno

Villalfeide recupera la fiesta de ‘Los Caretos’ 30 años después

Estefanía Niño
15/02/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Fotografía antigua de una de las celebraciones de Los Caretos. | V. Tascón
Fotografía antigua de una de las celebraciones de Los Caretos. | V. Tascón
La localidad montañesa de Villalfeide recupera esta año la fiesta de ‘Los Caretos’. Éste será el primer año que se retome la tradición después de décadas. Los más mayores recuerdan que se celebró muchísimos años, y siempre en invierno, y que no se interrumpió ni siquiera durante los años de "la prohibición". La tradición de los caretos estaba muy arraigada en la localidad, pero hará unos treinta años que comenzó a decaer, sobre todo porque muchos de los vecinos preferían "vestirse de bonito" e ir a ver los carnavales de otras localidades cercanas, que eran mucho más modernos y vistosos.

Estos ritos simbolizan el adiós al invierno, el inicio de la primavera, la fertilidad y la abundancia En Villalfeide los caretos cuentan con tres personajes: los músicos, los zoomórficos y los caretos, y cada uno juega su propio papel. Los músicos, habitualmente con tamboril y chifla, acompañaban el recorrido, animando a las gentes a que salieran a las calles o se asomaran por la ventana.Los personajes zoomorfos eran dos; el toro y la jirafa. La jirafa se conservó en el pueblo hasta hace un par de años, pero dado su deterioro, están tratando de recuperarla. Este personaje era llevado por dos personas y su objetivo, además de dar vistosidad y exotismo, era que la gente que no bajaba a la calle pudiera verla asomarse por la ventana. Además, durante algunos años, la comitiva también estuvo acompañada por un burro de verdad. En cuanto a los personajes denominados ‘los caretos’, su indumentaria es pobre e, incluso, algo inquietante. Llevan mantas, máscaras, tela de saco y cuerdas. Para no ser reconocidos, la clave está en disimular la figura y no hablar, para no ser reconocidos ni por sus propios compañeros. Algunos portan en la tradición cascabeles o cencerros, otros la cernada –ceniza fría- para ensuciar las piernas a los espectadores, o un corcho quemado parar tiznar la cara de los espectadores –. Estos ritos simbolizan el adiós al invierno, el inicio de la primavera, la fertilidad y la abundancia. Los caretos hostigan y persiguen a los visitantes con escobas y trapos.

Durante el recorrido se solían pedir torreznos, un donativo en forma de comida que el pueblo daba a los personajes y con el que dos semanas más tarde se hacía una merienda. Se cantaban coplas al efecto de las que, por suerte, aún se mantienen vivas en la memoria de una de los vecinos más ancianos.

Villalfeide recuperará esta mascarada el próximo domingo 26 de febrero desde las 13:00 horas. Los personajesdeambularán por el pueblo asustando, persiguiendo y tiznando a todo el que se quiera acercar a acompañarles. Tras el recorrido, se regresará a la plaza, para disfrutar de la música y los cantares de siempre. Por último, para compensar tanto susto, se repondrán fuerzas con unassopas de ajo y queso artesano.

Todo el mundo trabaja y colabora para devolverle la importancia a esta tradición y que todo salga perfecto. Además del grupo de vecinos que se encargarán de hacer los distintos personajes, Shambhala café (el bar del pueblo) y Paellas León se encargarán de invitar a los presentes a las sopas de ajo, ‘Facendera, Cosas y Quesos’ llevará el queso artesano, y también aportará su ayuda la panificadora del Torío, Miel de Orzonaga, la ilustradora Noelia García Hernández que se ha encargado del cartel, y el Ayuntamiento de Matallana.

De forma paralela, en el Ampa del colegio está realizando unos talleres de mascarada tradicional para familia, para dar a conocer esta tradición también a los más pequeños.
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