El último fin de semana de mayo tendrá lugar en Santa Marina del Rey el rodaje de ‘Amancio, vampiro de pueblo’, un todavía proyecto de cortometraje que se encuentra actualmente en fase de búsqueda de financiación a través de una muy bien diseñada campaña de ‘crowdfunding’ que sus dos máximos responsables, el director Alejo Ibáñez y el productor Josu Ortiz, llevan a cabo desde el pasado mes de enero a través de la plataforma Verkami y que se prolongará durante al menos tres semanas más. "Del 26 al 28 de mayo rodaremos unos exteriores en Santa Marina del Rey y un interior en Armellada", señala el director del proyecto, Alejo Ibáñez, que reconoce que su pueblo natal se ajusta bien a las necesidades de la historia "porque el 18 de julio se celebra la feria del ajo y es una excusa perfecta para mantener a un vampiro a raya, aunque por otro lado el cortometraje está ambientado en una realidad alternativa en el sentido de que para nosotros Santa Marina del Rey está abandonado. No es así, pero al fin y al cabo es una manera de hacernos eco del éxodo rural y de un fenómeno que es imparable", asegura.
Sus dos máximos responsables, Alejo y Josu, tienen claro que su intención con ‘Amancio, vampiro de pueblo’ no es quedarse en la simple anécdota de colocarle una boina al vampiro que todos conocemos, pues detrás de la historia de Amancio, el tabernero de un bar sin parroquianos que añora los buenos tiempos, se esconden muchos más significados e interpretaciones. "Queremos reflejar el tema de la despoblación del mundo rural pero también la soledad de las personas mayores que van quedando un poco aisladas de todos los centros de información y movimiento, y se acaban quedando descolgadas de la sociedad, como nuestro vampiro", apunta el cineasta leonés, que encontró en el bilbaíno Josu Ortiz al perfecto cómplice para materializar un proyecto que lleva alrededor de año y medio gestionándose.
Para Ortiz, que además de productor se va a hacer cargo de la fotografía de ‘Amancio, vampiro de pueblo’, el proyecto surge "de la necesidad más personal de querer contar algo nuestro después de trabajar en proyectos ajenos". Desde hace años que se conocen, son amigos y comparten una misma pasión el cine. "Siempre hemos compartido el mismo gusto por el mundo del terror, de los vampiros, y hemos intentado ir por ese camino, aunque no seamos unos fanáticos del género. En la comedia encontramos el terreno adecuado donde movernos", asegura Josu, para quien el sentido del humor ha sido crucial a la hora de crear el personaje de Amancio, al que paulatinamente se le fue despojando de las referencias históricas que tenía en el primer borrador del guión. "La verdad es que la idea original ha variado bastante porque al principio se trataba de un vampiro que surge en el entorno de la guerra civil, pero al final optamos por descontextualizarlo porque el tipo de narración que queremos utilizar no permite desarrollar muchas cosas", aclara Alejo, aunque sí apunta que Amancio Barrallo, el protagonista de la historia, "fue convertido o desaparecido como ciudadano en la década de los sesenta, que es cuando empieza a producirse la despoblación de una forma masiva".
Alejándose de los clichés del terror gótico, el vampiro del proyecto de cortometraje de Alejo Ibáñez adquiere los rasgos físicos del veterano actor conquense Felipe Vélez, nominado el pasado año al Goya por su trabajo en ‘A cambio de nada’, de Daniel Guzmán, y que el próximo 1 de marzo acudirá al Auditorio Ciudad de León con la obra de Ernesto Caballero ‘Nostalgia del agua’, participando igualmente en el rodaje en León de ‘Luna de lobos’, de Julio Sánchez Valdés, basado en la novela del mismo título de Julio Llamazares. "Felipe es de Carrascosa, un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca, y él mismo nos contaba que en muy pocos años había pasado de nacer en una casa que no tenía ni baño a vivir con un iphone en la mano", señala Alejo, para quien Vélez "tiene todas las cualidades para encarnar al personaje de Amancio, que de alguna forma supone el choque entre el siglo XIX y el XXI".
La campaña de ‘crowdfunding’, que comenzó el pasado mes de enero, va mejor de lo esperado, pues hasta la fecha se ha conseguido superar en 500 euros el objetivo inicial de 4.500 y apenas se ha rebasado el ecuador de la misma. "Contamos ya con 5.000 euros y esperamos en estos veinte días que nos quedan conseguir un poquito más, porque realmente de todo lo que consigamos prácticamente más de la mitad se va entre impuestos como el IVA, la fabricación de las recompensas, etc.", reconoce el productor Josu Ortiz, que adelanta que el coste del cortometraje ronda los 10.000 euros, necesarios para sacar adelante un proyecto que movilizará a cerca de una veintena de personas entre equipo técnico y artístico.
Si todo va según el guión establecido, la postproducción de ‘Amancio, vampiro de pueblo’ comenzaría en septiembre con la edición de imagen y sonido por separado, realizándose una de ellas en Madrid y la otra en Menorca, mientras que el talonaje se llevaría a cabo en Barcelona. La idea es poder llegar a tiempo para presentarlo en los festivales. "Hasta 2018 no podremos contar con el producto finalizado. A partir de ahí queremos que se vea en todas partes», señala Alejo, a lo que Josú comenta que «queremos dar de alta a todo el mundo del equipo con el fin de poder inscribir el cortometraje en el ICAA y optar a los premios Goya".
En un noventa por ciento el equipo ya está decidido y está integrado por profesionales del medio que a su vez son compañeros y amigos. "Hasta mayo tenemos tiempo suficiente de realizar los habituales ajustes de última hora", concluyen Alejo y Josu.
Un espectro rural
‘Amancio, vampiro de pueblo’ es el proyecto de cortometraje liderado por el leonés Alejo Ibáñez y el bilbaino Josu Ortiz que actualmente está en plena campaña de ‘crowdfunding’ y cuyo rodaje está previsto en mayo en Santa Marina del Rey
15/02/2017
Actualizado a
19/09/2019
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