El jefe del Ejecutivo recordó los importantes desafíos con los que se ha encontrado la prensa en los últimos años, donde se ha juntado la crisis económica, con el cambio de modelo de medios de comunicación. No obstante, señaló que se ven ahora «algunos signos de esperanza» tras los "duros años" de la crisis y la "profunda reconversión".
Así, citó los debates sociales abiertos sobre el sentido y la orientación de la profesión que hay que atender pero sin olvidar que "la sociedad sigue creyendo y confiando en que la labor es necesaria". En este sentido, sostuvo que dos tercios de la población española prefiere la información de medios tradicionales y el 90 por ciento de los internautas acude a los medios tradicionales para informarse. Del mimo modo, aludió al debate sobre el protagonismo que ha adquirido en la información la «red global» que, dijo, "hoy acoge verdades a medias o mentiras completas" e injurias, frente a noticias reales.
No hay que confundir, subrayó Herrera, el torrente de suministro de noticias con el auténtico periodismo porque es como decir que es lo mismo la electricidad que la luz. Con estos riesgos, sostuvo, está en riego "la salud de nuestra sociedad". "Esa defensa de alta velocidad y efecto que busca llegar antes y no mejor puede acarrear cambios importantes".
Durante su intervención, el jefe del Ejecutivo tuvo palabras de reconocimiento para cada uno de los premiados en esta 31 edición y, en especial, para el de Trayectoria, el director de Comunicación y Relaciones Institucionales del Grupo Vocento, Óscar Campillo, de quien destacó su carácter de "periodista de raza", mastín leonés, precisó y "solitario y solidario en sus luchas" así como "radicalmente independiente" y "siempre comprometido con su tierra y con las reglas sagradas de su profesión".
Un "amigo de sus amigos" y un periodista "24 horas" y un periodista que demuestra que "las redes sociales nunca podrán sustituir el trabajo de los profesionales que buscan y dan información bajo criterios de rigor y veracidad".

En su discurso, donde se mostró visiblemente emocionado, Campillo reconoció sentirse "asombrado y abrumado" por todos los elogios recibidos y mostró el "tsunami de alegría y orgullo" que le produce este reconocimiento a "un paisanín comprometido con esta tierra y con la vida" en unos tiempos "difíciles" para la prensa "acorralada" por la era digital y por la crisis en los hábitos de consumo tras también, dijo, «graves errores» en los que se ha jugado la credibilidad y la lealtad y donde se ha "tomado el pelo" a los lectores.
La salida a esto, remarcó, pasa por recuperar la confianza en "nuestros reportajes y denuncias" le "pese a quien le pese y caiga quien caiga" en lugar de hacer "entrevistas pactadas y titulares escandalosos". Por eso, abogó por información de "calidad, independiente y por la que merezca la pena pagar". Para ello, "los medios serán modernos pero la receta es antigua: trabajo y verdad".