Cada vez que aparece en escena la irrupción de Internet en nuestras vidas y todo lo que acarrea, libros en la pantalla, periódicos digitales... alguien aprovecha que el Bernesga pasa por Villasimpliz para tratar de meternos el miedo en el cuerpo: «A los periódicos en papel os quedan cuatro telediarios».
Y luego ocurre es que lo que pasa es que cambian al presentador del telediario antes de que llegue al cuarto, el que iba a ser definitivo.
Y mira que les han lanzado a los periódicos bombas antipapel por tierra mar y aire. Hasta una pandemia apareció para que cerraran los bares, que son los mejores clientes, pero ahí siguen.
Y es que, además de materia para leer, ¿alguien puede ofrecer mejor protector para el sofá de lujo que heredamos de la abuela rica?, ¿hay mejor material para que la chimenea arranque con más fuerza?, ¿hay mejor seña de identidad de un obrero de verdad que llevar el bocata envuelto en el periódico, te imaginas a un paleta de verdad que saque de la fardela papel de aluminio?, ¿y cuando acabas de fregar cómo te arreglas para que al volver el rapaz del colegio no te ensucie el suelo si no es poniendo periódicos?, ¿y cuándo al aire sopla helado conoces un remedio más barato que meter debajo de la chaqueta unas páginas de periódico? ¿y...?
Si lees esto en una pantalla, mira a ver si puedes calzar la mesa con ella.