Flores al nicho, cebada al rabo

La última de La Nueva Crónica

Fulgencio Fernández y Mauricio Peña
15/02/2024
 Actualizado a 15/02/2024
| MAURICIO PEÑA
| MAURICIO PEÑA

Tengo la sospecha de que las ideas, o la asociación de ideas, de Mauri entre las fotos y las fechas las carga el diablo. Que en San Valentín, el día se envía un enamorado ramo de flores, él coloque un ramo de flores... pero al lado de un nicho, realmente da que pensar. 

¿Se murió el amor? Ni siquiera se rompió —que dicen las petardas y petardos de la tele cuando van a un programa de engañar a su pareja y la engañan, como venía en contrato—, se murió y está enterrado está en su nicho.

Claro que las historias de santos, reyes y parientes cercanos en general las carga el diablo. Vas todo ufano a hurgar en esos reyes que les ponen estatuas y estaciones y encuentras una novela de terror de uno que mató a su padre, casó a su hermana con 8 años, asesinó por la espalda al anterior y guerreó con dios bendito y esclavizó a todo el que le tosió. Ahora, eso sí, al final ganó él.

El santo Valentín también tiene unas explicaciones que no invitan a mandarle flores. Que si el sacerdote sacrificaba una cabra y los rapaces salían a la calle con su piel y golpeaban a las mujeres (¿eso era amor?), que si los varones sacaban el nombre de su pareja de una caja de papel y ésa «era la suya» (¿amor?) Lo justifican diciendo que a veces salía bien. «A veces» es una cifra matemática de valor muy inconcreto.

Estoy pensando que igual tiene razón Mauri con su elección. 

Voy a mandarle un ramo de flores. 

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