Tiempo de contrastes. Llegan al bar, empapados, los ganaderos que vienen de llevarle paquetones de hierba para las vacas que quedaron atrapadas en la nevada, tan anunciada como inesperada después de tantas veces diciendo que viene el lobo y finalmente no apareció. Mojados y felices, solidarios, uno es el ganadero y tres los colegas que se apuntaron a ayudar. La solidaridad de la nieve. Unos vinos calientes, unas sopas de ajo y se abre paso la paz de la conversación.
Paz que rompe la televisión, machacona. Gorka, Ábalos, Ayuso, su hermano... acampan en la esquina del bar y se monta la tremolina, dialéctica, se enfrían los vinos.
La ventisca golpea fuerte en la ventana al llegar a casa, el frío parece querer entrar como sea, la nieve se acumula donde las torbas deciden... y al abrir la ventana de esta imagen de la última página de hoy, Mauri también reivindica y regala la paz, frente a la guerra de la tormenta anunciada y ante la que nada puedes hacer.
¿Conoces mayor tranquilidad que la que transmite el mastín que sabe que su oficio solo pide sacar su genio y lanzar al viento sus roncos ladridos cuando los lobos se asoman a sus rebaños acechando desde las tormentas de la oscuridad?
¿Tenemos todos claro las guerras en las que debemos combatir?