Izan siempre amará a los trenes

La última de La Nueva Crónica

Fulgencio Fernández y Mauricio Peña
11/09/2024
 Actualizado a 12/09/2024
| MAURICIO PEÑA
| MAURICIO PEÑA

Izan nació enfrente de la estación de Villamanín y en cuanto ‘pitaba’ un tren se despertaba para verlo (y desesperación de su madre). Izan creció enfrente de la estación de Busdongo y por el ruido y por la hora sabía exactamente qué tren llegaba a ese lugar famoso porque allí nació Amancio Ortega, qué numero y nombre tiene, de qué nacionalidad es... 

Izan jamás ha perdido su pasión por los trenes, la ha mantenido, la ha aumentado y cultivado. Sus vacaciones soñadas son en Canfranc, que tiene la estación más bella; sus regalos preferidos son trenes, vagones, lámparas, banderas... todo lo que tenga que ver con los trenes, las estaciones, las historias. Lo sabe todo y la mayor felicidad es aprender algo más, algo nuevo. 

Hay chavales que te pueden recitar la alineación del Baracaldo y, sin embargo, se confiesan incapaces de aprender de memoria los ríos o los cabos de su tierra. 

Tal vez el secreto esté ahí.

¿Se puede amar a un pueblo, a una tierra, si nadie les enseña a conocerlos, que es tanto como decir quererlos? ¿Qué les impide a los planes de enseñanza que esos niños del mundo rural conozcan el color de las plumas y el canto de los pájaros, que distingan las hojas de los árboles y sus nombres, que sepan cuándo y qué es la berrea, que jueguen en sus cuevas?  

¿Pueden amar a sus pueblos sin conocerlos?

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