Toñín salía el último, ya de día, de la histórica discoteca Royal Sigor’s de La Pola de Gordón. Iba a la deriva, de las sombras de la noche a la luz del amanecer, del ardor del Larios con Ducados al frescor de la orilla del río. Se detuvo mirando al horizonte, como buscando allí una decisión de cómo seguir cuando salía otro no menos histórico, el portero Tristán: «Pero buen hombre, ¿y ahora qué haces? ¿Tienes con quien volver? ¿en qué pensabas cuando te ibas quedando solo?».
- Lo que pensaba y lo que la noche decidió nada tienen que ver... te voy a confesar algo, yo también salí de casa con la firme idea de formar una familia;le dijo sin inmutarse ni reflexionar sobre la profunda carga de filosofía de vida de su explicación.
Vete a ver las ideas de cada uno de los que salió disfrazado el día (la noche) de Carnaval, lo que esperaba de la larga velada de disfraz y fiesta, qué le pidieron al destino de la jornada al cruzar la puerta de casa. En muchos casos la noche decidió por ellos, el destino no estaba escrito.
Y como no había un Tristán de guardia para contarle los sueños de tan solo unas horas antes fue el cubo de la basura quien recibió el recado al posar allí la trabajada cabeza del disfraz.
Ni fuerzas para abrir el contenedor le quedaban.
Lo más leído