Va subiendo puestos en el podium de las supercentenarias y se encumbra ya como la quinta en toda España con sus 111 años, recién estrenados. La abuela de San Román de Bembibre, Felicitas Esteban, los cumplió este 22 de noviembre pasado, un viernes en el que sopló las velas al lado de su familia en su Sabadell de acogida, con el que comparte más de dos décadas al lado de su hijo Toño González.
Felicitas no es natural de San Román, pero compartió con esta localidad casi 70 años de su vida, la que hizo al lado de su marido, el cacharrero, Francisco González, fallecido hace más de 25 años. Con él entró en el pueblo de la mano, un día de San José. Tuvieron seis hijos, y cinco de ellos siguen a su lado.
Felicitas avanza superando los días, sin enfermedades, sin medicación y sin dolores, enseñando sus "nuevos dientes", porque dice que está de estreno. Tiene tres nuevos. No los enseña mucho, y se entretiene buscando las simetrías y las cifras en todo. Come contando los pétalos de las flores que hay bordadas un el mantel. Uno, dos, tres...diez, dice en alto. Y suelta la tela que amarraba fuerte para no perder la cuenta, como poniendo fin a un reto. La simetría es lo suyo y se pasa horas buscando que las servilletas de papel cuadren a la perfección al doblarlas. Como no lo consigue, va rompiendo trocitos de papel poco a poco hasta que deja un reguero de celulosa que después se afana en restar de la ropa a la que se le va pegando.
Cuenta y canta una canción de Sejas de Sanabria, donde nació. "En Zamora salió el sol, en Benavente los rayos y en este pueblo de Sejas, los claveles encarnados", entona. Y dice que va para los 112.