Decía Guzmán Álvarez que de los labios de su madre aprendió los primeros sonidos babianos, esos que todos tenemos en la cabeza y que nos inundan como una canción.
Y es que ellas nos transmiten y nos enseñan, vertebran la vida con unas manos por las que pasa el cardado de lana, el batir de la manteca de las suaves ubres o la tiza con la que se escribe en una pizarra. Ellas, que lo mismo nos dan de comer que nos hacen unos buenos jerséis, que lo mismo controlan el ganado que el surgir de las flores. Porque ellas son belleza, calidez y severidad. Solo en una mujer se puede encontrar la delicada caricia de unas manos curtidas de tanto limpiar en arroyos, trabajar la tierra, pincharse con agujas y sanar heridas. Con cuidado, han tejido el hilo de nuestra vida y nos han hecho llegar hasta aquí. El ciclo del año, desde enero a diciembre, sucede a ritmo de mujer.
No solo son madres, esposas, hermanas e hijas, sino que son la historia de Lago de Babia. Desde antiguas chicas del cable hasta una joven apicultora, encontrarán en este calendario su más que merecido homenaje. Bravas como los mineros y dulces como la miel, se presentan a todos nosotros como creadoras y mantenedoras. Porque la babiana, es mucha babiana. Y más, en el pueblo de Lago. Por ellas, pero para todos, ¡feliz 2024!
Como ya viene siendo tradición a lo largo de los últimos años, el calendario que cada año publica la Junta Vecinal de Lago de Babia se puede conseguir con La Nueva Crónica a partir del próximo 30 de diciembre por sólo 8 euros.