Algadefe, Almanza, Brazuelo, Chozas de Abajo, Cuadros, Garrafe de Torío, Onzonilla, Quintana y Congosto, Reyero, Rioseco de Tapia, San Millán de los Caballeros, Santiago Millas, Santovenia de la Valdoncina, Sariegos, Sena de Luna, Valdefresno, Valverde de la Virgen, Villadangos del Páramo, Villagatón y Villaquilambre. Estos son los únicos 20 municipios leoneses que han ganado población en la última década y que, por tanto, con un análisis de sus padrones a largo plazo, han logrado consolidar una tendencia de crecimiento demográfico.
De este modo, más del 90 por ciento de los ayuntamientos leoneses se enmarcan dentro de la crisis demográfica en la que está inmersa la provincia. Según la reciente actualización de las cifras oficiales de población por municipios, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), solo uno de cada diez territorios de León ganó población entre 2014 y 2024.
En la veintena de municipios que muestran una tendencia a largo plazo al crecimiento hay una notable presencia de demarcaciones del alfoz de la capital: Chozas de Abajo, Onzonilla, Santovenia de la Valdoncina, Sariegos, Valdefresno, Valverde del Camino o Villaquilambre. Del mismo modo, llama la atención que en el listado no aparezca ni un solo ayuntamiento de la comarca del Bierzo, por lo que esta zona sigue siendo uno de los epicentros de la sangría demográfica de la provincia.
Sariegos, la tendencia más sostenida
La tendencia al crecimiento más notable de la provincia, según las estadísticas oficiales, es la de Sariegos. En lo que va de siglo, este municipio ha mostrado un saldo positivo ejercicio tras ejercicio. Además, en términos absolutos, es el municipio que más población ha ganado en la última década en León, con 625 vecinos más en 2024 que en 2014.
De igual manera, cabe destacar los incrementos del censo en Valverde de la Virgen, con 531 habitantes más que hace una década, y en Garrafe de Torío, que ha ganado 231 en este periodo. Aunque fuera del podio, también han ganado más de 200 vecinos en este decenio en Chozas de Abajo y en Valdefresno.
En las comarcas rurales, estos brotes verdes aparecen a cuentagotas: Almanza en Tierra de Campos, Reyero en la Montaña oriental o Sena de Luna en la Montaña Central. Algunos municipios de la zona de la Maragatería o del sur de León completan el exiguo listado de pueblos leoneses que están consolidando una verdadera tendencia al alza en sus padrones.
La situación en las áreas urbanas
En el otro extremo, los municipios que más población han perdido en la última décadas coinciden con las áreas urbanas. La ciudad de León ha perdido desde 2014 más de 7.300 vecinos y Ponferrada ha visto mermar su censo en cerca de 4.400 personas. Igualmente, San Andrés del Rabanedo aparece en la cuarta posición de mayores descensos demográficos a nivel provincial, por detrás de Villablino. En este sentido, los tres municipios más populosos han perdido más de 13.500 habitantes desde 2014.
Sin embargo, a pesar de estos pronunciados descensos en el padrón, el medio rural es el triste protagonista de los 38.249 habitantes perdidos por la provincia de León en la última década. De hecho, mientras que en el último año los entornos urbanos revierten la tendencia negativa a largo plazo para aumentar su población, la sangría demográfica sigue siendo especialmente intensa en los pequeños municipios, que desde el 2014 han perdido casi el doble de residentes que la capital, Ponferrada y San Andrés del Rabanedo.
El crecimiento de población en las zonas urbanas cubre solamente la mitad de los descensos en el medio rural
En el último año, comparando los padrones de 2023 y 2024 del INE, la ciudad de León, Ponferrada y San Andrés ganaron 916 habitantes. En este mismo ejercicio, el medio rural de la provincia perdió 1.934 vecinos. De esta manera, el crecimiento de las zonas urbanas solo estaría cubriendo la mitad de la caída de población en las rurales.
A lo largo de este ejercicio han sido 155 los municipios leoneses que han perdido población, tres de cada cuatro. Villablino, uno de los puntos más críticos de la crisis demográfica en territorio provincial, es el ayuntamiento que perdió un mayor número de habitantes: 136, que se suman a los más de 2.000 que ha bajado en su censo a lo largo de la última década.
Por su parte, 44 ayuntamientos registraron incrementos en un análisis a corto plazo. Del mismo modo, fueron una docena los que repitieron el padrón de 2023.
¿Cambio de tendencia en la capital?
A este respecto, cabe destacar que la ciudad de León comienza a revertir su tendencia negativa, siendo el municipio de la provincia que más población ganó en el último año, con casi un millar de vecinos más que en los anteriores registros del INE.
La medalla de plata se la llevaría Valverde de la Virgen, con 119 habitantes más en un año, y el bronce sería para Onzonilla, que incrementó su censo en 62 vecinos. Las siguientes posiciones se quedarían igualmente en el alfoz de la capital: Onzonilla y Valdefresno. Ponferrada, Villasabariego, Valdepiélago y Santas Martas también ganaron más de una veintena de residentes.
El conjunto provincial perdió algo más de 1.100 habitantes el último año, dejando el censo de 2024 en 446.445 personas. Unas cifras negativas, aunque lo cierto es que moderan la caída que se registra a medio y largo plazo.
La evolución desde la pandemia
De esta forma, en un análisis a medio plazo, comparando los censos actuales con los de hace cinco años, la media anual de León se sitúa en unos 2.700 habitantes menos cada ejercicio. En este punto de inflexión coincidente con la pandemia del Covid, la provincia ha perdido algo más de 13.500 vecinos. Al analizar la evolución de la última década, la sangría demográfica se intensifica: cerca de 40.000 residentes menos que en 2014.
Tomando ese periodo de cinco años, el municipio que más ha aumentado su población en territorio leonés es Valverde de la Virgen, al que siguen Sariegos y Valdefresno. Los entornos urbanos vuelven a ser los peor parados también en el medio plazo.
Las lecturas, por lo tanto, son múltiples. De este modo, el análisis de los datos del INE también permite aventurar que, de mantenerse las actuales tendencias, La Bañeza bajará de la barrera de los 10.000 habitantes en 2025 o que Valencia de Don Juan tampoco tardará en perder los 5.000 vecinos. A este respecto, los censos a la baja durante el último decenio son una constante en las cabeceras de comarca: Astorga, Cistierna, Sahagún o Santa María del Páramo han perdido centenares de residentes.
El rojo continúa siendo el color predominante en los mapas y gráficos de la demografía leonesa. Ante tal desaliento, la provincia se agarra con fuerza a los motivos para creer en una posible remontada: la veintena de municipios que están ganando población a largo plazo o el cambio de tendencia en la ciudad de León.
