El mercado de la vivienda sigue mostrando un comportamiento positivo este año en la provincia de León, algo que puede achacarse fundamentalmente a la bajada de los tipos de interés, que ha provocado que la Estadística de Transmisiones de Derechos de la Propiedad que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) refleje entre los meses de enero y septiembre los mejores datos desde el año 2008, es decir, desde el año en que se había desatado la crisis financiera y se había pinchado la burbuja del sector inmobiliario.
Concretamente, los datos publicados este lunes dejan como primer titular que durante los primeros nueve meses del año se han contabilizado en la provincia de León un total de 3.620 operaciones de compraventa de vivienda, lo que supone una media ligeramente superior a trece cada día y un incremento del 11,6% en comparación con las 3.244 que se habían contabilizado en el mismo periodo de 2023. Es además, como se ha mencionado anteriormente, el dato más elevado de los últimos 16 años.
La causa de esta tendencia al alza –que se acentuó en septiembre con 522 operaciones y un aumento del 44,2% con respecto a las 362 de 2023– hay que buscarla en el cambio de tendencia que ha experimentado el euríbor, que es el índice de referencia para fijar los intereses incluidos en la inmensa mayoría de los créditos hipotecarios que se suscriben a tipo variable.
Este indicador –que en su momento llegó incluso a estar en negativo– había emprendido su escalada a mediados del año 2022 como consecuencia de las medidas adoptadas por el Banco Central Europeo para poner freno a la crisis inflacionista, pero por aquel entonces no llegaba aún al 1%.
Sin embargo, hace un año superaba ligeramente el 4% y eso provocó que el mercado inmobiliario se resintiera y la compraventa de vivienda se redujese en la provincia de León un 5,4% con respecto a las 3.244 operaciones que se habían contabilizado entre enero y septiembre de 2022.
El encarecimiento de las hipotecas hizo que se frenase una tendencia al alza que –sin tener en cuenta el año de la pandemia de coronavirus– había comenzado en 2015 con la recuperación económica tras la crisis financiera e inmobiliaria y gracias también a unos tipos de interés muy bajos y a la poca rentabilidad que daba por tanto el dinero a plazo fijo, lo que hizo que muchos ahorradores volvieran a invertir en ladrillo y contribuyesen a aumentar el parque de viviendas el alquiler.
Y es un escenario que parece estar recuperándose ahora, cuando la inflación está en niveles mucho más moderados y el Banco Central Europeo ha comenzado a rebajar los tipos de interés, lo que ya está teniendo efectos en el euríbor y en las cuotas hipotecarias de los propietarios, además de favorecer la realización de nuevas operaciones de compraventa de vivienda.
En todo caso, las cifras están aún muy lejos de las de la época anterior a la crisis financiera y al pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Basta recordar que durante los nueve primeros meses de 2007 se adquirieron en la provincia de León un total de 6.181 viviendas frente a las 3.620 del presente ejercicio.
Fue precisamente a partir de 2007 cuando se produjo el desplome del mercado. La cifra cayó un 27,8% en 2008 (hasta 4.464) y casi 40 puntos al año siguiente, lo que dejó la cifra en 2.716. Posteriormente, se produjeron algunos altibajos, pero con una tendencia general que siguió siendo menguante hasta alcanzar el mínimo entre enero y septiembre de 2014, cuando se contabilizaron en la provincia sólo 1.585 operaciones de compraventa de viviendas.
Priman las de segunda mano
Conviene tener en cuenta además los datos en función de si la vivienda adquirida es nueva o de segunda mano. Durante los nueve primeros meses de este año se comercializaron en la provincia 707 inmuebles de nueva construcción y 2.913 que habían tenido anteriormente otros propietarios. Ello supone que ni siquiera una de cada cinco viviendas que se venden actualmente en León son nuevas.
Si echamos la vista más atrás, lo cierto es que esta tendencia es bien distinta a la que se observaba antes de la crisis financiera que se desató de hace década y media. Concretamente, entre los meses de enero y septiembre de 2007 se comercializaron 2.547 inmuebles nuevos y 3.634 de segunda mano, es decir, que los primeros acaparaban cuatro de cada diez operaciones, aun que hay que recordar en todo caso que muchas se compraban entonces como inversión y se vendían a otros particulares sin haberse ni siquiera estrenado.