Las 35 semillas leonesas que se guardan en un búnker congelado del fin del mundo

El Banco Mundial de Semillas de Svalbard, en un archipiélago ártico de Noruega, custodia una parte de la huerta de la provincia para que no se pierda si se produce una catástrofe planetaria

31/03/2025
 Actualizado a 31/03/2025
El Banco Mundial de Semillas de Svalbard e imágenes de judías y nabos. | L.N.C. / ICAL
El Banco Mundial de Semillas de Svalbard e imágenes de judías y nabos. | L.N.C. / ICAL

Los humanos de un mundo postapocalíptico no tendrían la desgracia añadida de no poder comer hortalizas y cereales de León. Un búnker de hielo, en lo más inhóspito de Noruega, custodia hasta 35 semillas de la provincia para que estas puedan ser rescatadas después de una catástrofe natural o un conflicto bélico devastador.


El Banco Mundial de Semillas se localiza en Svalbard, un archipiélago ártico noruego con temperaturas bajo cero de forma permanente. Hasta allí llega la huerta leonesa que, en unos envíos realizados en 2022 y 2024, ha aportado semillas a esta nevera de más de 1.000 metros cuadrados en el fin del mundo.

Los productos leoneses fueron enviados en 2022 y 2024, siendo mayoritarias las semillas de judías


Ninguna otra provincia de Castilla y León ha llevado tantas muestras al ‘arca de Noé’ de Svalbard como León. 35 semillas de territorio leonés son preservadas en unas instalaciones resistentes a erupciones volcánicas y a terremotos de nivel diez en la escala de Richter. Concretamente, son semillas de 20 judías, tres cebollas, tres algarrobas, dos nabos, dos yeros, dos lentejas, un trigo, una zanahoria y un altramuz azul.


Según datos aportados a este periódico por parte del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, durante el pasado año se enviaron siete semillas de la provincia a la cúpula de Svalbard, sumándose a las 28 que fueron trasladadas hasta allí dos años antes. En esta última remesa se han enviado judías de Castrocontrigo, Sariegos, San Martín del Agostedo (Santa Colomba de Somoza) y Quintanilla del Monte (Benavides), nabos de Castrocontrigo y Villariños (Balboa) y una cebolla de Bercianos del Páramo, que ya se custodian en este archipiélago ártico de Noruega.

Cebollas, lentejas, nabos o zanahorias son algunos de los alimentos de León que se conservan en Svalbard


Por su parte, en el primer envío de la huerta leonesa a la nevera mundial de Svalbard llegaron semillas procedentes de Vallecillo, Fabero, Villalquite (Valdepolo), Villamoratiel de las Matas, Las Médulas (Carucedo), San Martín del Agostedo, Correcillas (Valdepiélago), Redipollos (Puebla de Lillo), Santa Elena de Jamuz, Villacelama (Villanueva de las Manzanas), Villafranca del Bierzo, Matadeón de los Oteros, Villasabariego, Nocedo de Gordón (La Pola de Gordón), Antoñanes del Páramo (Bustillo del Páramo), Palanquinos (Villanueva de las Manzanas), Morla de la Valdería (Castrocontrigo), La Bañeza, Castrillo de la Valduerna, Villaquejida, Antoñanes del Páramo (Bustillo del Páramo), Seisón de la Vega (San Cristóbal de la Polantera), Matanza y Boñar. Todas estas localidades tienen una pequeña parte de ellas a más de 4.000 kilómetros, en una gélida bóveda que pretende asegurar el abastecimiento de alimentos en todo el planeta.
 

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