Son cerca de las ocho y media de la tarde, la ciudad comienzailuminar las calles antes incluso de que la noche caiga completamente y la voz de Víctor suena quebrada al otro lado del teléfono. Él está en Ranedo de Curueño, donde su hermano tiene una ganadería que él conoce perfectamente. A pesar de las horas, no sabe todavía si van a ordeñar o no. Tienen el tanque lleno porque ayer tocaba recogida, pero el camión de la Cooperativa Cea-Esla no llegó. Se cumplió la amenaza y ahora tiene miles de litros de leche con los que no sabe qué hacer. Se está planteado empezar a secar las vacas, la última medida. En las últimas fechas ha tratado de negociar con otras industrias lácteas para que le recogieran las producción (unos 200.000 litros anuales), pero no ha logrado un nuevo contrato. "No entiendo nada, no sé si se han vuelto todos locos", divaga.
La ganadería lleva un año vendiendo la leche por debajo del coste que supone producirla. "Es insoportable, no se puede producir a pérdidas", se desahoga Víctor. Su drama es el de decenas de familias de la provincia, que han visto como la eliminación de las cuotas lácteas hace un año ha sido el golpe de gracia para el negocio familiar. Son las leyes del mercado, argumentan algunos y Víctor lo sabe.
"No están usando a dos o tres ganaderías de la montaña para bajar 3 ó 4 céntimos a los de allí abajo", a los de las riberas del Porma y el Esla, las vaquerías más grandes de la provincia. "¿Quién se va a mover, ahora?", se pregunta, para explicar que los ganaderos aceptarán la rebaja porque la otra opción es abandonar, que es algo que ellos llevan tiempo pensando hacer. La huida hacia adelante tampoco se contempla porque consideranque en la situación actual del sector "cuanto más grande eres antes te arruinas" y "no es lo mismo arruinarte con 8 que con 4".
La mejor leche de Europa para queso
Salen a pastar en pastos de secano durante cerca de ocho meses al año, tienen buen manejo, mejor alimentación, buena genética... Ellos cuentan con 120 vacas de raza parda. Un raza que da "la mejor leche de Europa para hacer queso". Sin embargo, no hay orgullo en las palabras de Víctor, que ve como toda esa materia prima se pierde porque no hay ninguna quesería en la zona. Pero lo dice convencido porque hace diez años ya estuvo en un concurso mundial en Estados Unidos y resultó campeona una vaca de raza parda, como las suyas, que tienen mejor extracto y con un litro de leche producen mucho más queso que el de otras razas. "Salen a pastar en pastos de secano durante cerca de ocho meses al año, tienen buen manejo, mejor alimentación, buena genética...", enumera con fervor y reta a cualquiera a que le rebatan que "León tiene la mejor leche para hacer queso en toda Europa". Pero "ahora la van a traer toda de Francia", se lamenta consciente del tesoro que se pierde por las leyes del mercado.
Escuchando a Víctor uno llega a pensar que perder la mejor leche de Europa para hacer queso es lo de menos para los pueblos del norte de León. "Se pierde un veterinario, se pierde un transportista, se un pierde mecánico...", aventura convencido de que si no quedan ganaderos en los pueblos en los que se deja el coche para subir a hacer senderismo a las cimas nadie habrá para sacar a los conductores que se salgan de la vía y den con el coche en la cuneta (incluida la Guardia Civil) o para tapar los baches de los caminos o para quitar la nieve en el invierno o para desbrozar los montes cuando se llenan de maleza. Y, sobre todo, no habrá nadie para evitar los robos de un medio rural tan vasto como el de León. "Yo por aquí no he visto ningún peón forestal desbrozando los caminos, ni a nadie de CHD (Confederación Hidrográfica del Duero) limpiando los arroyos", recuerda.
Y Víctor apunta directamente a las administraciones, las que se mueven entre las leyes del mercado. "No saben lo que es un pueblo ni una vaca; Gobiernan desde Bruselas, Valladolid o Madrid y piensan que esto es como las ciudades que tienes cien funcionarios para levantarte un papelito o regarte un jardín", considera.
"Yo ahora llevo tres pueblos", afirma y desglosa un listado de servicios que gracias a su oficio, a su maquinaria y a su saber hacer desarrolla en su pueblo y en los vecinos. "Los pueblos han funcionado gracias a los ganaderos", reconoce, pero no sabe precisar durante cuanto tiempo va a seguir funcionando el suyo, ni si en unos días él seguirá llevando alguno.
Ayer fue uno de abril. El primer día del cese de las recogidas de la cooperativa Cea-Esla. Ayer se cumplió un año de la desaparición de la cuota láctea en toda Europa. Ayer Víctor se acostó con 2.000 litros de la mejor leche para hacer queso en Europa con los que no saber qué hacer. Ayer fue un día triste.