MM.G.R., el hombre acusado de matar junto a FM.V.R. en su vivienda de Cembranos a una mujer, YB.G.J., negó este viernes haber participado de forma alguna en la muerte violenta de esta. Según su relato ante la Fiscalía en la Audiencia Provincial de León, él se encontraba en la parte de arriba de la vivienda cuando escuchó “gritos de pelea”, por lo que bajó y se encontró “algo escalofriante”, ya que la víctima estaba “envuelta en cinta en una posición muy rara” y la otra mujer y compañera de trabajo de esta “estaba pisándola el cuello o la cabeza”.
En su declaración tan solo al Ministerio Fiscal y a su propio abogado, el acusado relató que, tras una pelea entre ambas en el interior de su vehículo cuando las llevaba al club en el que ambas trabajaban, ellas les pidieron regresar a su casa, donde habían estado desde la madrugada anterior. Una vez en la vivienda, él bajó del coche, vio que ellas bajaban de la parte de atrás “de forma normal” y se subió a la primera planta de la vivienda para ir el baño, mientras que ellas se quedaron abajo.
“Cuando estaba arriba escuché gritos de pelea y como que alguien llamaba por fuera. Bajé y me encontré algo que está muy mal; a YB.G.J. envuelta en cinta y FM.V.R. pisándola el cuello o la cabeza. Le dije “¿pero qué es esto?, ¿qué estás haciendo loca?” y ella “me dijo algo como que todavía respiraba””, relató MM.G.R., quien se encontraba “en estado de shock porque acababa de ver algo escalofriante” cuando llamó a la puerta la Benemérita, a la que no pudo abrir porque “estaba cerrada y no tenía el mando”.
El acusado se movió a otra zona de la vivienda y desde allí vio que en el lugar en el que estaba YB.G.J. el suelo estaba cubierto de papel de periódicos, por lo que gritó el nombre de FM.V.R. pero “nadie contestó”. En ese momento, tal y como detalló este viernes, MM.G.R. llamó a su abogado, que le pidió que “intentara abrir como pudiera la puerta a la Guardia Civil”. Al abrir la puerta, “FM.V.R. ya no estaba en la vivienda”.
Madrugada anterior
MM.G.R. se remontó este viernes a la madrugada del día de los hechos, el 17 de marzo de 2021, cuando recibió una llamada de su ex pareja, FM.V.R., que le propuso “hacer un trío” con YB.G.J., así que fue a recogerlas y se las llevó a su vivienda, en Cembranos, donde hicieron una fiesta y mantuvieron relaciones sexuales entre los tres. Por la mañana, cuando “estaba muy cansado y dormía”, escuchó la alarma de la vivienda porque “YB.G.J. había intentado abrir la puerta”, e incluso había llamado a un taxista, pero “FM.V.R. no paraba de insistir en que esperara porque si habían ido juntas se marchaban juntas”.
Horas más tarde, en la habitación de la vivienda, cuando YB.G.J. insistía en que quería irse y “no hacía más que llamar hijo de puta” al acusado, FM.V.R. “le dio tres o cuatro puñetazos en la boca”. Finalmente, tras pasar alguna hora más y darse las mujeres una dicha, los tres montaron en el coche para “ir al club”. “De camino al club, paré en un taller para decirle que iba a llegar ahí un paquete. Al volver al coche vi a FM.V.R. bajar del coche y montar en el asiento de atrás. Arrancamos y a mitad de camino empezaron a golpearse las dos de forma tan violenta que me sacaron el coche de la carretera, por lo que paré el coche, me bajé e intenté separarlas. Ya cuando se tranquilizaron volví a coger el coche en dirección al club, pero a cien metros de allí me dijeron que era mejor volver a casa”, explicó.
“Yo no ayudé a nada, ni a envolverla, ni a encintarla, tampoco golpeé a nadie. En ningún momento las toqué solamente en el coche para tratar de separarlas, pero yo ni la asfixié ni la maté”, concluyó rotundo.