No ha mostrado mucha querencia el nuevo ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, por los proyectos que el Gobierno tiene pendientes en la provincia de León. Un tercer carril en el tramo central de la interminable autovía a Valladolid a la espera de que el papeleo deje de estar «muy verde», un estudio de viabilidad sobre la solución al lazo ferroviario del Manzanal mientras al mismo tiempo se descarta construir una variante con el impulso de los apartaderos de 750 metros en estaciones del trazado actual, otro estudio de viabilidad para reabrir la Ruta de la Plata y tratar de reflotar el oeste de España a partir de 2050, cuando quizá no quede casi nada que reflotar…
Son muchos los proyectos que Puente ha puesto a enfriar, aunque al menos hay que reconocerle que habla bastante claro y que no se llena la boca de compromisos que luego no vaya a cumplir, algo a lo que por desgracia estamos acostumbrados por estas tierras desde hace demasiados años.
Así lo ha hecho también cuando ha hablado de los soterramientos, para los que no va a haber «barra libre», puesto que todos los que hay actualmente sobre la mesa en España requerirían una inversión de 28.000 millones de euros. «¿Alguien cree que es posible desarrollar estos proyectos?», se ha preguntado el ministro en varias ocasiones desde que ocupa el cargo. Es por eso que ha pedido «cordura, racionalidad y sentido común» a la hora de apostar por el soterramiento en los casos «en los que haya verdaderos problemas de movilidad urbana y de permeabilidad y en los que la solución sea racional y en los que los costes sean asumibles».
Y Puente ha sido profeta en su tierra al descartar definitivamente el soterramiento en Valladolid, ciudad de la que fue alcalde, ya que supondría una inversión de 1.570 millones de euros y 19 años de obras. En este sentido, ha ofrecido dos opciones al Ayuntamiento y a la Junta de Castilla y León: seguir acometiendo la integración en superficie que está prevista o disolver la sociedad Valladolid Alta Velocidad, que se encarga de gestionar los proyectos y que está formada por las tres administraciones.
Esto ya había ocurrido en el caso de León ante la clara imposibilidad de hacer realidad el proyecto de soterramiento que se había planificado en época de bonanza y en base a los aprovechamientos del suelo liberado en la superficie a raíz de la ejecución de las obras. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria hizo que aquella fuente de financiación se secase y que el soterramiento de las vías se limitase finalmente al tramo comprendido entre las inmediaciones de la estación de trenes y la avenida Doctor Fleming, donde se encontraba el antiguo paso a nivel. Es a partir de este punto donde el tren vuelve a salir a la superficie, por lo que el municipio de San Andrés del Rabanedo se quedó en época de Rajoy sin el soterramiento que el Gobierno de España había comprometido en época de Zapatero.
Y no parece que vaya a haber cambio de postura al respecto, aunque ahora esté otra vez el PSOE en el Gobierno. Igual que Puente ha descartado el soterramiento en Valladolid, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) mantiene la integración en superficie como solución a la brecha urbanística que suponen las vías a su paso por la localidad de Trobajo del Camino.
Así se desprende de la programación de inversiones que el organismo dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha diseñado para el presente año, que fue desvelado este domingo por la agencia Ical. Pese a las protestas de la plataforma vecinal, que insiste en que no se va a rendir y que llevará su reivindicación de nuevo a Madrid si es necesario, Adif prevé licitar a lo largo del presente ejercicio el paso inferior de Párroco Pablo Díez y trasladar la pasarela azul que se encuentra en este punto para sortear las vías a la altura del camino de La Raya y de la calle Orozco, en la confluencia de los municipios de León y San Andrés del Rabanedo.
14,5 millones de euros
La obra, según los primeros cálculos de Adif, tiene un coste ligeramente superior a 14,5 millones de euros (IVA incluido). Cabe detallar que se trata concretamente de la construcción de un nuevo paso inferior mixto en el ámbito de la avenida Párroco Pablo Díez, dando continuidad en línea recta a este vial en el punto en el que actualmente se encuentra la pasarela azul. Los peatones contarán con un espacio de cinco metros de anchura, que incluye un carril bici, y el tráfico rodado dispondría de un carril de 3,5 metros por sentido. Además, se cubrirán las vías mediante trinchera en unos 400 metros desde el actual paso superior en curva (junto al supermercado de Lidl) hasta superar la pasarela peatonal que conecta las calles Limonar de Cuba y Antonio Colinas.
Si echamos la vista atrás, es necesario explicar que el proyecto que ahora mismo está sobre la mesa surge en 2019, cuando Adif comunica que necesita derribar el citando puente del Lidl porque no tiene anchura suficiente para ajustarse a la normativa de seguridad ferroviaria que se elaboró a raíz del grave accidente de Santiago de Compostela.
Hasta ese momento, el Gobierno de Rajoy había recortado el soterramiento por cuestiones presupuestarias y había diseñado un plan de permeabilidad entre ambos lados de las vías del tren que suponía una inversión ligeramente superior a cuatro millones de euros. En él se incluía la colocación de la actual pasarela azul (debido al mal estado que presentaba la anterior). Además, se incluían mejoras en la pasarela de Limonar de Cuba y en los pasos inferiores de la calle Príncipe, además del paso elevado que permitirá –algún día, puesto que sigue cerrado– enlazar la glorieta de San Juan de Dios con la zona del Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo.
Pese a que el planteamiento actual de Adif supone un avance con respecto a estas medidas de permeabilidad –gracias a la necesidad de derribar el puente del Lidl– y permite retirar las pasarelas de Párroco Pablo Díez y Limonar de Cuba mediante el paso inferior y la cobertura de las vías en trinchera, el PP de San Andrés del Rabanedo se opone a esta solución y reclama ahora el soterramiento que no ejecutó el Gobierno de Rajoy.
Como ya se ha mencionado anteriormente, la idea de Adif es llevar la pasarela azul a la confluencia de la calle Orozco y el camino de La Raya para permitir el paso de los peatones sobre las vías en este punto, aunque el PP de León también se opone a esta propuesta, ya que sería «anacrónica» e impediría la circulación de vehículos en este punto, tal y como se establece en la planificación urbanística, al considerar que se debería dar continuidad al eje entre la plaza de Guzmán, la estación de trenes y el Palacio de Exposiciones.
Es por eso que los populares han presentado una moción en el Ayuntamiento de León que ya ha sido debatida en la Comisión de Desarrollo Urbano y que salió adelante con el apoyo de todos los grupos de la oposición, mientras que desde el equipo de gobierno municipal se alegó que Adif no había remitido comunicación oficial alguna sobre el traslado de la pasarela.
Es preciso recordar que fue el pasado mes de octubre cuando salió a la luz la adjudicación del contrato de servicios de consultoría y asistencia técnica para la redacción de los proyectos de construcción del paso inferior en la avenida Párroco Pablo Díez y por lo tanto de la reubicación de la pasarela metálica en la zona de La Raya. Adif utilizó a Ingeniería y Economía del Transporte (Ineco), la empresa estatal dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, para redactar dichos proyectos por un importe de 760.448,84 euros como paso previo a la licitación de las obras a lo largo del presente año.
¿Y la zona de los talleres?
Sin embargo, el planteamiento que Adif tiene sobre la mesa para el presente ejercicio no incluye la totalidad de las actuaciones que se promocionaron a principios de 2023. En este sentido, la presentación oficial de la nueva propuesta sirvió para avanzar que el objetivo sería completar el paso inferior, el traslado de la pasarela y la trinchera entre la zona del Lidl y Limonar de Cuba con una solución similar –el cubrimiento de las vías del tren sin rebajar su cota– en el barrio de La Sal, lo que permitiría el desarrollo urbanístico en la zona en la que se encuentran los talleres de material motor de Renfe si es que algún día se materializa realmente su traslado a la prometida plataforma logística y ferroviaria de Torneros del Bernesga.
Y tampoco hay buenas noticias en este sentido, puesto que dicho traslado afectaría al mismo tiempo a los talleres de material remolcado, que se ubican en la calle Gómez de Salazar de la capital leonesa. Sin embargo, a finales del pasado mes de enero, Renfe reafirmaba su «apuesta y compromiso» con estas instalaciones y anunciaba inversiones por importe de un millón de euros para mejorarlas. Y todo ello a pesar de que apenas diez días antes el secretario provincial del PSOE, Javier Alfonso Cendón, había asegurado en una rueda de prensa que se construirían unas «más modernas» en la futura plataforma de Torneros, que aún sigue esperando la licitación de la primera fase de su área logística, porque de la ferroviaria no hay por el momento proyecto de actuación alguno ni para el traslado de los talleres, ni para las estaciones de clasificación de mercancías y de contenedores. Y todo mientras los nuevos talleres de Valladolid llevan tres años a pleno rendimiento y tienen ya 484 trabajadores y se han adjudicado ya las obras de la segunda fase de su complejo ferroviario. Básicamente, aquello a lo que estaba llamado Torneros y que se ha hecho mucho antes a orillas del Pisuerga.