"Si pestañeas, te lo pierdes", comentó una vecina que aguardaba en el mirador de La Reana. No fue la única, ya que la voladura de un símbolo congregó a cientos de personas y vehículos que se acumularon por los arcenes, prados y miradores para buscar un sitio privilegiado para contemplar el espectáculo.
Cinco segundos que dieron paso a una nube de polvo y una montaña de escombros que pusieron punto y seguido, ya que el paisaje, la naturaleza y el medioambiente se abre paso tras este hecho. Opiniones para todos los gustos, desde detractores a partidarios, con sentimientos de pena hasta aquellos que abogan por el poco sentido de mantener una edificación que ya no aporta nada y generaría grandes gastos de mantenimiento anuales.
Con la detonación de la voladura, la torre de refrigeración ha descendido sobre su vertical con un ligero vuelco hacia el norte, sin tratarse de un basculamiento, con el objetivo de agrupar los escombros hacia el lado opuesto del río. Tras los cálculos de estabilidad, se practicaron trabajos de debilitamiento y, tras el disparo, las cargas explosivas han fragmentado los pilares de apoyo, provocando la pérdida de equilibrio de la construcción y el colapso por su propio peso.
Para la operación se han maximizado las medidas de seguridad, dado que la Guardia Civil y los voluntarios de Protección Civil formaron el dispositivo de seguridad, el cual llevó a cabo un perímetro de seguridad de 250 metros debidamente señalizado, se cortó la P-215 desde la rotonda cercana a la Central hasta el paseo de la Arboleda, con ruta alternativa por el Poblado de Iberdrola.
Además, los vecinos del Barrio de Las Cortes en su totalidad fueron evacuados hasta las 18 horas, la cual fue voluntaria, con posibilidad de pasarla en el Hogar del Pensionista. El taxi estará disponible durante la evacuación para las personas con movilidad reducida o dificultad para desplazarse. Asimismo, se ha comprobado la ausencia de nidos de aves y otras especies.
Transformación verde
Desde 2001, Iberdrola ha clausurado 17 centrales térmicas de carbón y fueloil en el mundo; las dos últimas, Velilla y Lada, en España. Posicionada como líder en la lucha contra el cambio climático a las puertas de la COP26, la compañía es la mayor eléctrica del mundo sin producción de carbón y mantiene el firme compromiso de ser una compañía neutra en emisiones a 2030 en Europa.
La voladura de la torre de refrigeración forma parte del desmantelamiento de todas las instalaciones de la central; un proceso del que ya se ha ejecutado cerca del 35 por ciento y se prolongará durante 48 meses. Estos trabajos están involucrando a un gran número de proveedores -muchos de ellos locales con un volumen de trabajo superior al que mantenían durante el funcionamiento de la central- y alrededor de 50 profesionales.
Cerca de la mitad proceden de empresas contratistas de la central y locales; profesionales altamente cualificados y con amplia experiencia en la ejecución de este tipo de proyectos de gran complejidad técnica. Las inversiones en proyectos 100 por ciento renovables, dinamización del tejido empresarial y el empleo local en torno a principios verdes e innovación y apoyo al emprendimiento son los pilares sobre los que Iberdrola transforma la comarca de Velilla del Río Carrión.
La compañía despliega un plan de renovables en Castilla y León para los próximos años que incluye la instalación de 1.800 MW renovables, tanto eólicos como fotovoltaicos, con una inversión prevista de 1.300 millones de euros. En Velilla construirá uno de los mayores complejos fotovoltaicos de la región y de España (350-400 MW) con una inversión de 300 millones de euros.
En la región, Iberdrola es líder en energía renovable con la operación de 5.200 MW que la sitúan como la comunidad autónoma con más megavatios verdes instalados por la compañía. El proyecto de transformación de Velilla incluye también más inversiones en redes inteligentes y movilidad sostenible, proyectos de economía circular y una Plataforma de Innovación Ciudadana para incentivar el emprendimiento.