Los afectados por el proyecto de una macrogranja en El Burgo Ranero: "Queremos ganadería familiar, no industrial"

Vecinos de varias localidades leonesas han presentado alegaciones al sondeo de agua solicitado a la CHD

Elena F. Gordón (Ical)
03/01/2025
 Actualizado a 03/01/2025
La plataforma Payuelo Libre ha entregado este viernes sus primeras alegaciones. | SAÚL ARÉN
La plataforma Payuelo Libre ha entregado este viernes sus primeras alegaciones. | SAÚL ARÉN

“No estamos en contra de la ganadería; queremos ganadería familiar, no industrial, que dé puestos de trabajo en el mundo rural y no dos empleos. El que quiera gran industria, que se la ponga al lado de su casa”. Es una de las afirmaciones hechas este viernes por Meritxel Colón, portavoz de los vecinos de varios pueblos leoneses afectados por el proyecto de granja porcina previsto en terrenos del municipio de El Burgo Ranero.

Al abrigo de la plataforma Payuelo Libre, más de una treintena de ellos se personaron este viernes en las oficinas de la Confederación Hidrográfica del Duero en la capital para presentar alegaciones al sondeo de agua solicitado la empresa promotora, de 100 metros de profundidad, 500 milímetros de diámetro, 300 de diámetro entubado y un caudal máximo instantáneo de 2,83 litros por segundo. El volumen máximo solicitado es de 29.762 metros cúbicos para unas aguas que corresponden a la masa subterránea Terciario Detrítico del Esla-Cea.

La explotación contaría con 2.650 cerdas con lechones hasta de 20 kilogramos, 500 cerdas de reposición y seis verracos y estaría localizada en parcela radicada entre las poblaciones de Villamuñío y Villamarco.

“Las aguas dulces, el agua de la traída, viene de manantiales que se contaminan con este tipo de industria. Grandes cantidades de nitrato pasan al agua y eso hace que después no podamos consumirla en los pueblos. A la contaminación de los acuíferos se suma la carga de metales pesados en la tierra, la contaminación medioambiental, humos, olores”, añadió la portavoz antes de insistir en que “los animales hacinados no están cuidados, no es carne saludable” y recalcar la apuesta de los pueblos por una ganadería extensiva “que sea lo más sostenible con el medio ambiente”.

Pendiente también de la correspondiente declaración de impacto ambiental por parte de la Junta, el proyecto básico recoge que las instalaciones, sobre una finca de 148.141 metros cuadrados, constarían de una zona de oficinas-vestuarios, almacén, nave de destete, nave de partos, nave de gestación confirmada y nave de control para la gestación, cuartos auxiliares, cuarto de inversores, cuarto de instalaciones, pasillos de comunicación y muelles de carga y dos balsas de almacenamiento de purines cubiertas de algo más de 7.000 metros cúbicos cada una.

En el informe se prevé una producción anual de purines en la explotación de 17.444 metros cúbicos. También está previsto un sondeo para suministro de agua, instalación fotovoltaica, dos depósitos de agua y 12 silos de pienso.

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