Otro año más, la llegada del verano trae consigo sus habituales consecuencias, siendo la más destacada la subida de las temperaturas y más teniendo en cuenta que cada vez son más frecuentes las olas de calor debido al cambio climático. Esto supone que, hasta en lugares que se caracterizan por unos veranos moderados, como es el caso de León, haya que tener aún más en cuenta los factores de riesgo para no sufrir insolaciones y otro tipo de afecciones por altas temperaturas.
Aunque la opción más frecuente para combatir el calor es quedarse en casa con el aire acondicionado y tras darse una buena ducha fría, también existen ciertos lugares exteriores en esta ciudad en los que disfrutar de una jornada 'al fresquito' protegiéndose de las 'hazañas de Lorenzo'.
Si hay algo que no le falta a León son los parques. Uno de los favoritos por los leoneses para pasar las tardes de verano es el de La Candamia, localizado junto al río Torío. La extensión de este emplazamiento natural es de 470.000 metros cuadrados, de los cuales 110.000 son los que conforman la zona de recreo. En ella, es habitual encontrar gente de todas las edades disfrutando de la una amena jornada junto a sus familiares y amigos ya que, además de una gran variedad de flora y fauna, hay servicios de bar-cafetería y merenderos, entre otras instalaciones.
Otro de los más destacados es el Monte San Isidro, a las afueras de la capital. Al igual que ocurre con La Candamia, su gran extensión (139 hectáreas) hace que se conciba como una zona de recreo y deporte en la que estar en contacto con la naturaleza. Además, tiene una oferta cultural, con el Parque Escultórico creado por diversos artistas leoneses, y lúdica con actividades como los aparatos de gimnasia o los juegos de petanca y bolera, y el servicio de bar-cafetería en el que tomar algo tras una apacible jornada en este enclave.
El Monte San Isidro se localiza cerca del río Bernesga, el cual baña la ciudad de un lado a otro. En las amplias zonas verdes que rodean el afluente del Esla también se puede disfrutar del verano sin acalorarse en exceso, destacando los paseos de Papalaguinda y La Condesa, en los cuales se puede andar tranquilamente o sentarse en sus bancos a contemplar las vistas que ofrecen.
Del mismo modo, otros parques que llaman la atención de los leoneses son el de La Granja y el de Quevedo. El primero de ellos tiene una extensión de más de 70.000 metros cuadrados y es una de las zonas verdes más grandes de la ciudad. Se trata de un enclave pensado para todas las edades, ya que posee un parque infantil para los más pequeños y una zona de barbacoas y picnic donde disfrutar en familia, pero lo más destacado es su amplia zona deportiva con campos de fútbol o carril bici. Por otro lado, el parque de Quevedo es otro de los lugares mencionados por los leoneses cuando se les pregunta por un sitio en el que pasar ‘al fresquito’ las calurosas tardes de verano. Situado frente a la Iglesia de San Marcos, destaca por su itinerario botánico, su estanque y las jaulas llenas de aves, las cuales son cuidadas por la Asociación Ornitológica Leonesa. Asimismo, ofrece otros lugares de recreo e interés en los que pasar la tarde como la zona de juegos infantiles o el templete de música.
Céntricos espacios verdes
Como han podido ver, León ofrece una amplia variedad de espacios verdes en los que disfrutar de un día al aire libre ya sea en solitario, con familia o amigos. Esto se debe a que es la segunda ciudad española con mayor número de parques por habitante, solo superada por Vitoria y por delante de Madrid. Y no hace falta ir a las afueras para poder relajarse en uno de ellos, sino que en el centro de la ciudad también hay varios.Uno de ellos, el más alejado del núcleo urbano, es el parque de los Reyes de España, inaugurado en 1982 por la reina emérita Sofía de Grecia. Este enclave posee una zona de juegos infantiles, mesas de ping-pong, un circuito para bicicletas y otro para patines, aunque sobre todo destaca que en uno de sus extremos se localizan una guardería y una pequeña biblioteca municipal. Sin embargo, su ‘joya’ es la gran rosaleda ubicada en el centro del parque y rodeada de numerosos tipos de vegetación.
Como es por todos sabido, ya sean o no leoneses, el Barrio Húmedo es uno de los más míticos de la ciudad. Cerca de él se localiza el Jardín de San Francisco, datado del siglo XIX y siendo el espacio verde más antiguo de León. Se trata de un lugar con amplias zonas de sombra en las que descansar y aislarse del ruido y del calor, pero también es un sitio idóneo para acudir con los más pequeños para que jueguen en la zona infantil. Asimismo, cabe destacar la fuente de Neptuno, una escultura colocada en 1949, como elemento central del parque.
El último enclave natural a destacar es el parque del Cid, situado en la calle homónima y en pleno centro de la ciudad. Aunque no tenga tanta extensión como los anteriores, se trata de un pequeño rincón del Barrio Romántico con mucha historia, ya que en él estaba la conducción hidráulica romana y aún se puede observar y recorrer a pie restos de la antigua muralla, en el que descansar en sus bancos bajo la sombra de sauces y tilos. Además, a su lado se localiza otro sitio destacado por algunos leoneses para disfrutar en verano, el Café Ekole, que posee una terraza en la que tomar algo refrigerante a la sombra y así combatir las altas temperaturas .
En definitiva, León tiene una variada oferta de espacios en los que rehuir el calor, y si, además, son los destacados por los ‘paisanos’ de la ciudad, no hay motivo para no acudir a visitarlos.