En esa línea, González Palacín advirtió de que más de 50 por ciento de los ganaderos de ovino «han caído en los últimos diez años» y las administraciones deben adoptar medidas para garantizar su rentabilidad dentro de la cadena de valor, con acuerdos con industria y distribución.
El líder agrario puso de relieve que la producción de carne de ovino ha caído más del 30 por ciento en los últimos seis años, y ahora junto a los costes de alimentación y energía, «por si fuera poco desde noviembre importamos lechazo fundamentalmente de Francia pero también de Grecia e Italia, y no están obligados a poner su origen».
Medidas que sean rentables
En este sentido, recalcó que llevan reclamando muchos años medidas que hagan rentables las explotaciones, para que los jóvenes puedan incorporarse a un sector atractivo, pero eso pasa, dijo, por establecer contratos con precios justos, y ahí debe jugar la Administración un papel relevante, no solo poner ayudas.
Asimismo, remarcó que es preciso establecer una «estratificación del mercado», porque ahora sólo aparece diferenciado el lechazo con IGP, pero «a partir de ahí, hay lechazos y punto». «Hay una diferencia abismal y la calidad aquí se iguala por abajo, lo que es un error de bulto», dijo, para exigir un etiquetado que aclare el origen y la calidad del producto, para que cobren más los que mejor lo hacen y el consumidor sepa lo que se lleva a casa. «Hay mercado para todos, pero el consumidor debe saber lo que compra y el ganadero, percibir un precio justo», dijo.
González Palacín indicó que la Consejería de Agricultura, que dirige Gerardo Dueñas, es «consciente» de la situación, con una pérdida del cuatro por ciento de la producción de leche el último año, y de más de un diez por ciento de cabezas de ganadero. «Hay mercado para todos pero el consumidor debe saber lo que se lleva a casa y el ganadero percibir un precio justo porque su situación es límite», dijo, para criticar que las ayudas al sector por la guerra de Ucrania «son una miseria». «Necesitamos medidas más estructurales que apuntalen al sector», sentenció.
Situación insostenible
Por su parte, el responsable de Ovino de UCCL, José Antonio Martínez, precisó que el precio de la carne de ovino ha subido un 12 por ciento, y el de la leche, un 16 por ciento, pero los costes de producción se han disparado un 42 por ciento, por lo que «es imposible mantener las explotaciones».
«La cabaña ganadera se ha reducido un 50 por ciento los último diez años», dijo, para concretar que hasta septiembre de este año se han cerrado el ocho por ciento de las explotaciones, 150 familias.
Además, Martínez indicó que se están reuniendo con las grandes superficies para que abonen precios justos porque «si no, se acaban las explotaciones». «Somos los principales productores de España, pero la situación es un drama y no hay nadie que coja el carnero por los cuernos. Si esto sigue así, no aguantará más de cuatro o cinco años, no le doy más vida», resumió.