Así lo ha manifestado Iparragirre en el primer juicio contra ella en la Audiencia Nacional, de los 12 que tiene pendientes, después de que fuera entregada por Francia en otoño de 2019 una vez cumplió allí condena de prisión por integración en asociación de malhechores. Las acusaciones –Fiscalía y la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) como acusación popular y la familia como acusación particular– piden para la etarra 122 años de cárcel por el atentado contra Cortizo, ya que la sitúan como la dirigente de la organización terrorista que habría dado la orden expresa de asesinarle, al haber asumido un año antes del crimen la dirección de los comandos ‘legales’ de la banda a los que daba las instrucciones concretas respecto a los objetivos, según ha informado Europa Press.
«Con todos mis respetos, voy a contestar sólo a las preguntas de la defensa», ha dicho después de que la presidenta del tribunal, la magistrada Concepción Espejel, le preguntara si quería prestar declaración.
La etarra ha comparecido desde una sala blindada y al juicio ha asistido como público el que fuera el máximo dirigente de la banda terrorista durante 12 años y su pareja Mikel Albisu, alias ‘Mikel Antza’. Ambos fueron detenidos en Francia en octubre de 2004 y en diciembre de 2010 fueron condenados a 20 años de prisión por su pertenencia a ETA. ‘Mikel Antza’ fue entregado a España por las autoridades galas en enero de 2019 y la Policía Nacional constató que no tenía causas pendientes con la justicia, por lo que desde entonces está en libertad.
Durante los primeros minutos del juicio contra ‘Anboto’, ésta ha negado haber dado ninguna orden, instrucción o apoyo para cometer el atentado contra el comandante Cortizo. «En absoluto», ha respondido la etarra a su abogado. A la pregunta de cómo explica que haya varios detenidos que la identifican como la jefa de los comandos legales de ETA, ‘Anboto’ se ha limitado a responder que por su «experiencia» esas declaraciones no se hacen de forma «voluntaria».
"A varios metros del coche"
Después de la acusada, han comparecido por videoconferencia varios policías nacionales que estuvieron en el lugar de los hechos y que han contado que cuando llegaron a la zona del atentado vieron el coche del comandante «destrozado» y un cuerpo que yacía a varios metros.
También han declarado desde las respectivas cárceles donde cumplen condena los también etarras Ibon Etxezarreta y Agustín Almaraz, quienes en 1995 integraban la organización terrorista. A pesar de que ambos habían señalado en sede judicial a la exjefa de ETA, en el juicio de este miércoles ninguno ha corroborado esta versión que ya prestaron.
Etxezarreta y Almaraz han alegado que han pasado 25 años del atentado y que no recuerdan quién daba las órdenes y ni siquiera si una de esas personas era una mujer, a pesar de las insistentes preguntas del fiscal José Perals y de la abogada de la acusación particular Carmen Ladrón de Guevara.
Almaraz ha dicho que era la «dirección», en genérico, la que daba las órdenes para atentar y la que les facilitaba los explosivos o los «cursos» para aprender a fabricar y utilizar artefactos. Sin embargo, en un momento dado la letrada le ha preguntado si ‘Anboto’ era la jefa de los comandos legales, a lo que ha contestado que «posiblemente», y tras recordarle que la identificó en una foto, ha respondido que «si eso pone en la declaración...».
El juicio continúa este jueves
El juicio continuará este jueves con las declaraciones periciales, en las que se explicará el registro del piso del también etarra Sergio Polo en Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa), donde se intervino una comunicación orgánica firmada por ‘Anboto’ en la que manifestaba su deseo de un atentado, según los escritos de acusación. La fecha de redacción no se conoce de forma exacta, pero que se calcula entre los meses de noviembre y diciembre de 1995.Cabe recordar que los investigadores también hallaron una pistola FN Browning Modelo G35 con numero de serie borrado, cinco artefactos explosivos ya elaborados integrados por recipientes tupperware de plástico, explosivo amonal, detonadores, sustancias usadas por ETA en sus artefactos explosivos, dispositivos de iniciación, y un documento titulado ‘Tupper explosivo’ confeccionado a ordenador y redactado en castellano con detalles sobre fabricación y colocación de explosivos, entre otros materiales.