Los presos han sido los últimos en entrar en el hemiciclo, a pesar de haber llegado al Congreso desde la cárcel a las 8:30 horas de la mañana. Oriol Junqueras se ha sentado junto a sus compañeros de ERC en la tercera fila del tercio izquierdo, justo detrás de los diputados de Vox. En cambio, Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull se han ubicado junto a sus compañeros de JxCat en la segunda fila del tercio central, justo detrás del Ejecutivo en funciones.
No había pasado la primera hora cuando Sánchez, Rull y Turull se han abandonado el hemiciclo por la puerta de arriba para dirigirse a la cafetería reservada a los diputados. Un desplazamiento que han realizado muchos otros diputados después de votar a su candidato o candidato a la presidencia del Gobierno. Todas las salidas del hemiciclo están custodiadas por agentes de policía vestido de paisano. Dentro del Salón de Plenos ha sido frecuente ver a Turull y Rull haciendo uso del teléfono móvil, a pesar de que dentro de la prisión tienen prohibida esta tipo de comunicación.
La socialista Meritxell Batet ha resultado elegido presidenta del Congreso en segunda votación por 175 votos a favor, los mismos obtenidos en la primera votación pero uno menos de los necesarios para alcanzar la mayoría absoluta que exige el Reglamento para una elección directa.
Senado
La mayoría absoluta del PSOE en el Senado no dejaba lugar a la especulación, pero ya es oficial. Manuel Cruz, el parlamentario señalado por Pedro Sánchez, ya es el presidente de la Cámara Alta. Sucede al popular Pío García-Escudero, el dirigente institucional que vio cómo se aplicaba por primera vez el artículo 155 de la Constitución en una comunidad autónoma.Esta XIII Legislatura arranca con el juicio a los cabecillas del «procés» como telón de fondo y con la posibilidad de que sea necesaria una nueva aplicación del 155 planeando en el ambiente. Será el PSOE, y no el PP, el decisivo para sacarlo adelante ahora. Este precepto constitucional se activa a petición del Gobierno, que controlará Sánchez, y se ratifica con los votos de los senadores. Por ello, los socialistas se bastan y se sobran para iniciar su aplicación, aunque el «sanchismo» está muy alejado hoy en día de esta posibilidad.