El astronauta Pablo Álvarez aprenderá a pilotar aviones en 2025 en Canadá

El leonés, que continuará su entrenamiento para viajar al espacio antes de 2030, ha vuelto a León para mantener un encuentro con estudiantes de la Universidad

David Iglesias y Laura Pastoriza
19/12/2024
 Actualizado a 19/12/2024
https://youtu.be/Y4_wdFi7uEg

Tras su visita a La Moncloa y al plató de La Resistencia, el leonés Pablo Álvarez volvió a casa por Navidad rodeado de una gran expectación en su primer encuentro con la sociedad leonesa como astronauta ya graduado. El primer español que viajará al espacio desde que lo hiciera Pedro Duque –hace tres décadas– regresó este jueves a la Universidad de León, un espacio al que hace ya 18 años entró por primera vez para matricularse en Ingeniería Aeroespacial con el sueño de dedicarse a la construcción de aviones. Ahora, está muy cerca de pilotarlos mientras sigue entrenando para estar listo cuando llegue esa llamada que le confirme su primera misión espacial.  

Pablo Álvarez acudió a la ULE para mantener un encuentro con universitarios, a quienes relató cómo ha sido su día a día de entrenamiento en lugares tan poco habituales como una piscina que simula la ausencia de gravedad o una réplica de la Estación Espacial Internacional. Al estar en «casa», como él mismo dijo, habló sobre lo «normal» y lo «humano» de sentir «miedo y respeto»,  «consciente de los riesgos que se afrontan» a la hora de ir al espacio. También del apoyo que tiene de su familia y de la importancia de estudiar ciencia, «porque aprendes algo cada día». 

El leonés, que disfruta ahora de unas merecidas vacaciones tras pasar seis meses de entrenamiento en Houston (Estados Unidos), anunció desde el campus de Vegazana que irá a Canadá en 2025 y allí aprenderá a pilotar aviones, además de trabajar en materias de brazo robótico y control de misiones. Todo ello a la espera de que la Agencia Espacial Europea (ESA)le asigne su primera misión a partir de 2027. Ese año comenzarán a acudir a la Estación Espacial Internacional los astronautas de la generación del leonés, de tal manera que, según el plan actual, será entre 2027 y 2029 cuando Pablo Álvarez irá al espacio. 

Según relató ayer a la prensa leonesa, las misiones tienen un periodo de seis meses, en los que tendrá que trabajar ocho horas al día, «en un espacio reducido y donde esperas que rindas» con un traje «que no es precisamente cómodo» y que ya pudo probarse en Houston (Texas). «El traje es como una nave espacial humana, con siete capas de distintos materiales y cada capa es bastante gorda, sobre todo la última que es la encargada de protegerte contra un posible impacto de un micrometeorito», detalló el leonés, que puso el «apretar una pelota de tenis durante horas» como ejemplo a la sensación de llevarlo puesto. 

«Son trajes muy eficientes diseñados para poder sobrevivir en el vacío del espacio a temperaturas extremas y a la radiación pero no están diseñados para ser cómodos porque son muy pesados y muy funcionales y es normal acabar con moratones y desde luego, agujetas», añadió.

"Modelo de esfuerzo y dedicación"

El astronauta fue presentado por la rectora de la Universidad de León, Nuria González, como «una fuente de inspiración para los estudiantes» y un «modelo de esfuerzo y dedicación». Él mostró su agradecimiento y aseguró que en la Universidad leonesa recibió una formación «de primerísimo nivel» que le dio las mimbres que han hecho que llegue hasta donde se encuentra hoy.

Pablo Álvarez volvió a un campus de Vegazana que fue su «casa» y desde allí defendió que la ciudad, que sigue siendo su «refugio» al que volver, está «algo mejor que en 2009 cuando me fui de aquí». Una vez valoró la educación pública que representa y defendió también la «casi obligatoriedad» de realizar un Erasmus, «porque te abre la mente, conoces otras culturas, te ayuda a ser más adulto y aprendes inglés, algo que te abre puertas», contó un hombre que precisamente amplió su beca de movilidad internacional en Polonia para cursar un máster en ingeniería aeronáutica, sin el cual hoy seguramente no sería astronauta, un «sueño» que difícilmente imaginó. 

En ese contexto de agradecimiento a lo que recibió de laUniversidad, Pablo Álvarez señaló que «no es casualidad» que tanto él como Sara García hayan salido de Vegazana y, como contrapartida, prometió que portará un pin de la ULE al espacio en la pequeña maleta que les permiten llevar consigo, en la que también habrá «pequeñas cosas que no pesen mucho de amigos y que pueda devolver para compatir esa misión con más gente». 

La jornada del leonés en la Universidad incluyó una visita al Módulo de Investigación Cibernética (MIC), en la que estuvo acompañado de Jesús González, «el único profesor que me suspendió» en la carrera como reconoció el propio Pablo entre bromas, al que escuchaba atentamente y sin rencor mientras le explicaba los últimos proyectos de investigación en los que se trabaja desde la institución.

"¿Crees en Dios?"

En el encuentro con universitarios, celebrado en un abarrotado Paraninfo de la Escuela de Ingenierías tras suspenderse las clases para fomentar la asistencia, no faltaron las preguntas curiosas de los alumnos. «¿Crees en Dios?» Una cuestión en base a su nivel científico que esquivó con la idea de «respetar a todos, porque he conocido a astronautas ortodoxos, musulmanes, agnósticos...».

Ya por la tarde, a las cinco y media, Pablo Álvarez fue recibido por el alcalde de León, José Antonio Diez, en el salón de actos del Ayuntamiento. Allí contó su experiencia como astronauta de la ESA a los vecinos de León que se acercaron a escucharle. Muchos de ellos eran niños, que ya ven al leonés como una auténtica estrella. «Ejemplo a seguir y especial por mucho más que por ser astronauta», lo definió el alcalde, que ya  en 2023 le nombró –junto a Sara García– Hijo Predilecto de la ciudad de León. «Pablo soñó a lo grande y el trabajo y el esfuero le han permitido lograrlo», añadió desde un salón de actos municipal prácticamente lleno.
 

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