Aumenta el número de usuarios en las dos autopistas de peaje leonesas

La AP-71 que une León con Astorga es la vía de pago que más creció en el último año

Ical
02/02/2020
 Actualizado a 02/02/2020
Puente de la autopista del Huerna sobre el embalse de Barrios de Luna en una imagen de archivo. | ICAL
Puente de la autopista del Huerna sobre el embalse de Barrios de Luna en una imagen de archivo. | ICAL
El tráfico de las autopistas de peaje se recupera en Castilla y León y marca un crecimiento de usuarios superior al tres por ciento durante 2019. En conjunto, las cinco vías de pago, tras la liberalización de la AP-1 en Burgos, ganaron usuarios durante el pasado año y lograron una cifra no vista en los últimos ejercicios, a pesar de la ralentización de la economía y las subidas en las tarifas.

Las cinco vías de peaje de la comunidad soportaron de media una intensidad diaria superior a los 12.439 vehículos, lo que se traduce en un crecimiento del tres por ciento sobre 2018, pero también en relación a 2017. Los aumentos de usuarios fueron generalizados, si bien el ramal de la AP-61 (Segovia-San Rafael) fue la única que anotó una caída, que ya arrastra desde hace un par de años.

Las autopistas en Castilla y León, que conectan básicamente la comunidad con Madrid y Asturias, además de dos importantes núcleos de población en la provincia leonesa, suman ahora casi 236 kilómetros, por los que circulan 12.439 vehículos, de los que poco más que 1.400 son pesados, según los datos provisionales que acaba de recopilar el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda urbana.



La demanda de las vías de peaje de la Comunidad -AP-6, AP-51, AP-61, AP-71 y AP-66- es ligeramente inferior a la de las 27 vías de pago que monitoriza el Gobierno, donde creció un 4,6 por ciento. En concreto, la intensidad media diaria de la red de pago española, que suma unos 2.360 kilómetros, se situó en 20.554 vehículos durante 2019, de los que 3.349 fue tráfico pesado.

La vía que soporta un mayor volumen de tráfico es con diferencia la autopista AP-6, entre Villalba y Adanero (Ávila). Estos 69,6 kilómetros alcanzaron una intensidad media diaria de 30.456 vehículos, de los que 3.872 fueron camiones, autobuses y articulados. Le siguió el ramal Ávila-Villacastín (Segovia), puesto que estos 23,1 kilómetros registran de media el paso diario de 8.706 vehículos -582 pesados-, en su conexión con Madrid.

También la autopista del Huerna, que une con sus 77,7 kilómetros León y el Principado, es la tercera vía de pago de la Comunidad con más usuarios. En concreto, se contabilizaron 8.476 vehículos, de los que 1.273 fue tráfico pesado. A continuación figuran los 27 kilómetros de la AP-61, entre Segovia y San Rafael, con 7.598 vehículos diarios de media, de los que 694 son camiones, autobuses y articulados.

El último puesto es para la AP-71, que conecta a través de 37,7 kilómetros la capital leonesa y Astorga, al registrar una intensidad media diaria de 4.944 vehículos, de los que 617 corresponden al tráfico pesado. Su demanda se asemeja al de las radiales de Madrid, que asumió el Gobierno, tras la quiebra de las concesionarias y la deuda generada con el sector financiero. De momento se mantiene sin avances el acuerdo entre la Junta y el Estado para desviar camiones desde la N-120 a esta vía de pago, una idea que se fraguó en la pasada Legislatura.

Más usuarios

Solo la autopista AP-61, que facilita la conexión entre Segovia y Madrid, fue la que presentó un descenso de viajeros en la Comunidad. Su tráfico cayó un 0,34 por ciento, hasta los 7.598 vehículos diarios de media. Esta cifra supone la segunda caída consecutiva, después de que también se redujera en 2018 un 3,8 por ciento.

También fue escaso el incremento de usuarios de la autopista que conecta León y la comunidad vecina. La intensidad media diaria aumentó un 0,62 por ciento, hasta los 8.476 vehículos, frente a los 8.424 de 2018 y los 8.523 de 2017. Por tanto, su demanda es inferior a la contabilizada dos años antes.

El mayor aumento se produjo en la autopista entre León y Astorga, al experimentar una subida del 8,33 por ciento, hasta los casi 5.000 vehículos de media diaria, muy por detrás de 2018 y 2017. El incremento porcentual fue prácticamente la mitad en la AP-6, donde el aumento se quedó en el 3,87 por ciento, hasta logra la cifra más elevada desde hace dos años, y en la AP-51, con una subida del 3,37 por ciento, lo que le permite llegar a una cifra no vista en los últimos ejercicios.

Nuevas subidas

La llegada de 2020 supuso para el precio de las autopistas gestionadas por el Estado una subida de media de un 0,84 por ciento. En el año 2019, el aumento medio fue del 1,67 por ciento y en 2018, del 1,91 por ciento con lo que se cumplen tres ejercicios de incremento consecutivos.

Estas tarifas se establecen según el Índice de Precios al Consumo (IPC) y en función de la evolución del tráfico. De este modo, las tarifas dependientes del Estado aumentaron en torno al mencionado 0,84 por ciento, si bien, por la evolución del trafico que soportan la variación oscilará entre el 0,9 por ciento de la autopista AP-66 León-Campomanes y el 0,82 por ciento en la AP-7 en el tramo Estepona-Guadiaro y AP-68 Bilbao-Zaragoza.

De forma excepcional, tres autopistas sufren un incremento mayor al mencionado dado que se busca financiar sobrecostes relacionados con excesos de valoración de expropiaciones, ejecución de obras o financiación de bonificaciones de peaje, así como para compensar la no aplicación de incrementos de tarifas inicialmente previstas por razones de interés público. Entre ellas figura la AP-6, Villalba-Adanero, en la que los precios crecieron un 1,7 por ciento.
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