Las llamas, aún activas en cuatro frentes -en dos de ellos con extrema violencia-, comenzaron la tarde de este sábado por causas desconocidas en el término municipal de Pedrógão Grande, situado en el distrito de Leiria. Fuentes de la Policía Judicial (PJ) lusa han indicado a Efe que la causa más probable del grave incendio desatado haya sido el impacto de un rayo en un árbol seco.
«La información recogida hasta el momento en el lugar del suceso nos permiten pensar que, con un alto grado de certeza, la causa sea un rayo que alcanzó un árbol», dijo a Efe el director nacional adjunto de la PJ, Pedro do Carmo, quien precisó que será necesaria una investigación para confirmarlo, tal y como recoge el diario ABC.es.
La rápida propagación del fuego, que alcanzó enormes proporciones con la llegada de la noche, se explica por las «condiciones meteorológicas extremadamente adversas» registradas en Portugal este sábado, con temperaturas que superaron los 40 grados, apuntó Do Carmo. Las autoridades, centradas por el momento en atender a las víctimas, habían apuntado anteriormente que el fuego, en principio de bajas dimensiones, se convirtió en «un incendio imposible de controlar» debido a «vientos descontrolados». Así lo explicó a periodistas el secretario de Estado de Administración Interna del Gobierno luso, João Gomes, quien dijo desde Pedrógão Grande que el fuego se propagó de una forma «que no tiene explicación».
La carretera se convirtió en una ratonera
La zona en la que se extendió el incendio, que cuenta con varias aldeas cercanas, es atravesada por carreteras rodeadas de vegetación, lo que facilitó que las llamas cercaran a muchos conductores. La peor escena se vivió en una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, en el distrito de Leiria, donde 18 personas, entre ellas «familias enteras», según Gomes, perecieron en sus coches.«Fueron atrapados en una ratonera de humo», dijo a la prensa el presidente de la Liga de los Bomberos de Portugal, Jaime Marta Soares, quien explicó que «cuando las personas entraron en esas carreteras, el incendio podría estar a kilómetros de distancia». Mientras, entre los 59 heridos hay cinco personas en estado grave, indicó Gomes, cuatro bomberos y un niño, y varias viviendas cercanas han quedado destruidas.
Las escenas dantescas se sucedían sin cesar y tres personas resultaron evacuadas en helicóptero. Fueron trasladadas a la Unidad de Quemados de la Universidad de Coimbra y a otros hospitales de los alrededores. Portugal ha desplegado 687 efectivos de Setúbal, Coimbra y Lisboa para controlar las llamas, tarea en la que ayudan dos aviones llegados desde España y otros medios procedentes de Francia, centrados en evitar el avance del fuego y conseguir acceder a zonas en las que no se descarta que haya más víctimas.
A la zona han llegado forenses, policía judicial y equipos de psicólogos, que atienden a supervivientes en estado de shock y que, en muchos casos, han perdido a familiares en el suceso. La dimensión de los acontecimientos no hizo dudar al presidente de la República portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa, ni al primer ministro, el socialista António Costa, quienes viajaron hacia el lugar de las llamas a última hora de la noche. La situación ha sido definida por António Costa, como «la mayor tragedia de víctimas humanas» de los últimos tiempos por un siniestro de este tipo en Portugal.