Aumentan los ingresos de las autopistas leonesas que ya rondan los 47 millones al año

El debate sobre los peajes de las autopistas del Huerna y de la León-Astorga en León es recurrente, aunque el último resultado hasta la fecha es la subida de las tarifas a comienzos de año. Periódicamente llegan desde las Cortes de Castilla y León y desde los partidos leoneses exigencias al Gobierno para rebajar, bonificar o eliminar los precios, incluso la Junta alguna vez ha anunciado medidas que no han conseguido el resultado perseguido, como la propuesta para desviar tráfico pesado de la N-120 a la AP-71 que no ha llegado a materializarse, a pesar de la elevada siniestralidad y afluencia de la carretera convencional que lleva al Polígono de Villadangos del Páramo, con dos importantes centros logísticos, entre otras empresas que se encuentran entre las de más actividad en la provincia. Los transportistas consideran injusto tener que sufragar una medida para reducir la siniestralidad en una vía del Estado, pese al empeño de la Administración autonómica por materializar el trasvase.

Al margen, del trasvase y de las promesas del ministro de Transporte y Movilidad, José Luis Ábalos, para reducir la presión sobre los usuarios de las vías del noroeste peninsular, las exigencias locales no pasan el túnel de Guadarrama. A veces, como ocurrió con la última el pasado miércoles por un error de Ciudadanos (Cs), no llegan a salir de Valladolid. Un despiste de la portavoz del Grupo Parlamentario naranja en Las Cortes, Ana Carlota Amigo, al fijar posición al finalizar el debate de una proposición no de ley (PNL) sobre los peajes impidió que saliera adelante una enmienda del PP que buscaba que no se vuelvan a prorrogar las concesiones de la AP-6, AP-51, AP-61, AP-66 y AP-71 una vez concluyan los plazos, un matiz que sí iba a apoyar el PSOE.

Por otra parte, mientras en la AP-66la tarifa aumentó unos 10 céntimos y unos 5 en la AP-71, en el Mediterráneo la AP-7 ha pasado a ser gratis, igual que la AP-1 en Burgos. En este contexto, el negocio de Aucalsa y Alesa se incrementa cada ejercicio desde hace tres años y ronda los 130.000 euros al día. En cifras globales, a falta de la confirmación por parte de ambas empresas, tomando como referencia la intensidad media diaria y los precios de las tarifas, todo apunta que los ingresos de ambas infraestructuras habrán registrado otro importante empujón durante el pasado año, ya que el número de usuarios volvió a subir. El incremento fue mayor en la comunicación de la capital leonesa con Astorga, con un 8,3% más hasta los 4.944 usuarios diarios de media, frente a los 4.115 del año anterior. En la comunicación entre Asturias y la meseta, el incremento fue menor un 0,62 por ciento, hasta los 8.476 vehículos, frente a los 8.424 de 2018 y los 8.523 de 2017. La vía es una de las que tiene la IMD más baja de todo el país y sus 35 kilómetros también entran entre los más caros de la red nacional, con las tarifas normales. Con estas cifras los ingresos anuales de Aucalsa y Aulesa son de unos 40 millones en el caso de la AP-66 y de alrededor de 7,5 en el caso de la AP-71.

Por otra parte, respecto al tipo de vehículos que circulan por ambas autopistas son ligeros principalmente, con 7.203 frente a 1.273 en la Autopista del Huerna, y 4.944 frente a 617 en la León-Astorga. Las tarifas para los trayectos completos de los vehículos ligeros son de 13,4 euros entre León y Campomanes (77,7 kilómetros) y de 5,20 euros entre León y Astorga (35 kilómetros). Para los pesados de la categoría más alta son 21,8 y 8,25 euros, respectivamente.