El alcalde de León, José Antonio Diez, recuperó este miércoles su intención de debatir con la oposición "a lo largo de septiembre" el modelo de gestión del aparcamiento subterráneo de San Marcelo para buscar una solución "lo antes posible". La cesión a la empresa privada adjudicataria venció el pasado verano y nada ha cambiado desde entonces, con dicha concesión en estado de prórroga y con el deseo manifiesto de la oposición de municipalizar el servicio. La intención del primer edil, sin embargo, es mantener la gestión privada, supeditada a una reforma de ambas plazas, tanto de la de San Marcelo, como Botines, para evitar los desniveles existentes.
“El futuro del parking de San Marcelo lo abordará la siguiente corporación”. Así de tajante respondía a finales de enero de este año el alcalde, a la moción y comparecencia conjunta para exigir la municipalización del aparcamiento subterráneo protagonizada por los tres grupos que entonces conformaban la oposición municipal: el PP, Ciudadanos y UPL. Esa “siguiente corporación” a la que hacía referencia vuelve a tenerle a él al frente, en el sillón de la Alcaldía, por lo que la opción de rehabilitar esta infraestructura está de nuevo en manos de su equipo. En ese momento el alcalde reconoció el estado de “deterioro” del parking, con “filtraciones importantes en la cubierta desde la plaza”, motivo que hace que la inversión necesaria sea “muy alta”.
Precisamente en julio de 2022 el Ayuntamiento tenía ya sobre su mesa un anteproyecto en el que se recogían las obras necesarias y en el que las cantidades que se barajaban rondaban los 2,7 millones de euros. Este pasaba por una nueva licitación que incluiría la ejecución de las obras necesarias y, además, la gestión posterior de este parking durante un periodo que se fijó por parte de los técnicos municipales inicialmente en 25 años, ya que era en este plazo en el que se estimaba la vida útil de la infraestructura y la recuperación de la inversión por parte de la empresa adjudicataria, que se establecía que debía abonar un canon de 140.400 euros anuales al Ayuntamiento.
Entre las actuaciones previstas se hacía referencia a la necesidad de levantar el pavimento de la plaza para impermeabilizar al aparcamiento subterráneo y del presupuesto total se estimaba que las actuaciones en el exterior podrían rondar el millón de euros. Como única posibilidad para su gestión se apostaba entonces por una nueva concesión a una empresa privada que se encargara de las obras y de su posterior gestión, lo que levantó las principales quejas por parte de la oposición, que se inclinaba por la municipalización del parking y pedía consenso en un plan de remodelación que afectará a un lugar emblemático de la ciudad.
Desde el Ayuntamiento, sin embargo, la municipalización se veía como una “imposibilidad real y económica” que justificaban en no poder “asumir el riesgo que supone la gestión de un servicio sujeto en todo caso a las incertidumbres del mercado” y por el alto coste que implicarían las obras. El servicio, aseguraban, tampoco “podría prestarse sin que el resto de los de competencia municipal se vieran menoscabados”, por lo que insistían en la existencia de una única salida, la de que una empresa privada fuera la que se hiciera cargo.
Además de las mejoras del parking y de la superficie de la plaza se barajaba también como posibilidad aprovechar su ejecución para ganar en movilidad en la zona y conseguir que la unión de San Marcelo con Botines se hiciera de un modo más natural, lo que implicaría la desaparición de las escaleras o las jardineras de piedra, aunque manteniendo la altura y ubicación de la fuente. Nada está decidido, sin embargo, ya que este era únicamente un anteproyecto o borrador y hay que tener en cuenta, además, que el proyecto final deberá contar con un visto bueno más, el de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural.