Del mismo modo, desde Azucarera recuerdan que la resolución de los arbitrajes es "concluyente" al afirmar que el precio "no debe negociarse con los sindicatos agrarios". Por esa razón, la empresa continuará aplicando el modelo iniciado en la campaña 2020/2021, consistente en desarrollar una relación directa con los agricultores basada en servicios y en propuestas económicas personalizadas, centradas en asegurarles una rentabilidad por hectárea y en ofrecerles "servicios de calidad".
Azucarera ha introducido una serie de mejoras en el contrato de suministro y en el procedimiento interno de recepción y análisis de remolacha, con el fin de modernizar el proceso y en beneficio del agricultor. En concreto, entre las mejoras se encuentra la eliminación de la denominada cuota técnica, que venía pagando el agricultor para compensar los costes de supervisión en los laboratorios y que desarrollaba personal perteneciente a las organizaciones sindicales agrarias. En aras a esa mejora, el proceso de auditoría lo asume ahora una empresa independiente y de reconocido prestigio, por lo que el cambio no sólo supone una mejora en el procedimiento, sino un significativo ahorro para el agricultor, ya que Azucarera le bonificará el coste por este servicio, ahorrándose además 250 euros de media por campaña.
El nuevo procedimiento de recepción y análisis de la remolacha, aplicable a la campaña 2021/2022, persigue dotar aún de mayor objetividad y transparencia si cabe al conjunto del proceso, incluyendo el sistema automático de reclamaciones, ya seguido en campañas anteriores, que identifica todos los valores de descuento y polarización que son significativamente distintos a la media del agricultor, para proceder así a su ajuste automático y siempre y cuando al profesional del campo le favorezca económicamente. Al mismo tiempo, tal y como recogen desde la Agencia Ical, se ha consolidado en todas las fábricas la aplicación de un descuento fijo de un 4,5 por ciento sobre la corona, lo que implica una ganancia media de 2,5 puntos en el descuento de las fábricas en las que este sistema todavía no estaba implantado. Los agricultores de cualquier fábrica que estén en módulos podrán, además, solicitar un descuento fijo por las tierras, equivalente a la media de sus últimos años.
Simplificación de la factura
En el contrato 2021/2022, Azucarera asume asimismo el cargo del transporte de la remolacha líquida, independientemente de la distancia, por lo que los agricultores que están más lejos verán también mejorados sus ingresos. Además, se permite establecer al agricultor preferencias en su fecha de entrega. Y, del mismo modo, se ha simplificado el procedimiento de cálculo del valor de la remolacha y que, de ahora en adelante, se podrá hacer de forma global por la totalidad de las entregas, al pasar a depender de una fórmula exacta que sigue priorizando las altas polarizaciones, y no, como ocurría en el pasado, mediante una valoración de camión a camión. Este cambio permitirá a los agricultores entender mejor su factura y hacer un cálculo fácil del ingreso que percibirán por la totalidad de su remolacha.
Mientras que para los agricultores de altas polarizaciones los cambios no suponen ninguna merma de ingresos, en años agronómicamente malos, en los que la media de las polarizaciones baje, los cambios propuestos sí supondrán una mejora relevante de los ingresos respecto de lo que sucedía con anterioridad. Tal y como recoge la Agencia Ical, todas las mejoras continúan con la línea iniciada por Azucarera con el único objetivo de "modernizar y estrechar su relación con los agricultores" mediante un servicio "óptimo, objetivo y fiable, eliminando ineficiencias y compartiendo con los agricultores los riesgos y los beneficios del mercado en el que operan".
En definitiva, los contratos que Azucarera lanza esta nueva campaña persiguen "dar respuesta a las diferentes necesidades de los agricultores mediante una oferta diversificada y un procedimiento de recepción y análisis moderno y transparente", cumpliendo escrupulosamente con las normas de defensa de la competencia y con la Ley de la Cadena Alimentaria. Y es que "la remuneración que ofrece Azucarera, sin tener en cuenta las ayudas, garantiza que el agricultor cubra sus costes reales de producción y obtenga un margen interesante frente al ofrecido por cultivos alternativos", concluyó el comunicado de la compañía.