Así será la 'nueva' Azucarera

‘Azúcar y sal’. Es el título de la propuesta elaborada por Decolesa que se va a llevar a cabo para estabilizar e integrar urbanísticamente los restos de la antigua azucarera Santa Elvira a la espera de que exista financiación para poder abordar el proyecto del Palacio de Congresos.

El Ayuntamiento de León acaba de hacer pública la propuesta de adjudicación de un contrato que supondrá una inversión de 4.450.000 euros (IVA incluido) y que tendrá un plazo de ejecución de 15 meses, por lo que a priori estaría listo a finales del próximo año.

Las condiciones económicas –Decolesa ofreció una baja del 7,5% en los precios de las estructuras y del 5% en el resto que se destinarán en mejoras a la hora de ejecutar las obras– han hecho que la oferta de la empresa leonesa se haya impuesto en el global del concurso pese a haber sido la tercera en valoración técnica, aunque sólo a dos puntos de la primera. 

El objetivo fundamental de la actuación pasa por retirar los arriostramientos que sostienen los muros de la azucarera –cerrada desde 1992– y que suponen un importante coste para las arcas municipales. Sin embargo la propuesta de Decolesa «busca una intervención que trascienda el mero concepto estructural para convertirse en una actuación en la que el patrimonio cultural e industrial se convierte en un activo dinamizador urbano».

En este sentido, se pone el foco en la «dimensión social» de actuación, puesto que se creará «un nuevo espacio urbano de convivencia que conecte y dinamice el barrio de La Sal y el Palacio de Exposiciones durante esta etapa provisional hasta que el proyecto completo finalice. «‘Azúcar y sal’ supone la transformación completa de una ruina en un espacio público lleno de vitalidad y dinamismo», defienden los autores de la propuesta seleccionada por el Ayuntamiento de León.

Para mantener la estabilidad estructural de las fachadas, se propone la construcción de una nueva estructura interior que sostendrá las fachadas y servirá de soporte a las actuaciones a realizar en el recinto dentro el proyecto provisional, pero también será la base de la futura estructura definitiva que se realice. El diseño de Decolesa se ajustaría al plan inicial de Dominique Perrault, pero también sería aprovechable para cualquier otro que se pueda definir en el futuro en función de la disponibilidad presupuestaria a la hora de culminar el Palacio de Congresos.

Será por tanto un espacio cerrado, indefinido, versátil y con una serie de estructuras marco que podrá adaptarse a diferentes usos y actividades. Las obras servirán para generar un entramado de plazas, jardines y zonas abiertas integrarán un nuevo espacio público que permitirá acoger eventos de gran alcance. 

Pero el proyecto pone sobre la mesa una serie de usos complementarios para el Palacio de Exposiciones. Es el caso de un espacio cerrado para la celebración de congresos para unas 250 personas en una de las dos naves de la zona norte (que están en mejor estado y mantienen sus cubiertas), mientras que en la otra se pone sobre la mesa la posibilidad de habilitar en el futuro un vivero de empresas o un espacio de ‘coworking’.

Esa zona de congresos podrá utilizarse también como centro cultural para los vecinos de la zona y contará con aseos y almacén. Será un espacio de cuatro metros de altura con pilares de fundición de acero de grandes dimensiones que se ha bautizado como ‘la sala de las columnas’, a la accederá por la zona sur a través de un pórtico y un vestíbulo con cristaleras y dos rampas para salva el desnivel de la cota. Se prevé que la estética sea similar a la del Palacín.

Y en este edificio –en servicio ya desde el año 2011– radica otra de las novedades del proyecto de Decolesa, puesto que se prevé la apertura de la cafetería prevista desde su concepción. La zona se utiliza actualmente como espacio ampliado de la sala de exposiciones, pero está en perfectas condiciones para albergar la cafetería. Únicamente requiere la instalación del mobiliario necesario para su puesta en funcionamiento. Se acondicionará la barra del bar con todo su equipamiento y se colocará un mobiliario básico del office. De esta forma la cafetería se podrá concesionar y poner en funcionamiento a través de una concesión administrativa que se podría hacer extensiva a la realización de eventos o catering de congresos dentro del nuevo espacio urbanizado.

La idea sería que la nueva cafetería tuviera –al igual que sucede con el conjunto del proyecto ideado por Decolesa– una dimensión de barrio y por eso se propone su extensión mediante una terraza exterior situada a nivel de calle. Se trata, en definitiva, de fomentar las relaciones sociales y contribuir a la creación de un entorno urbano más seguro, todo ello sin perjuicio de la ejecución de una futura cafetería y restaurante dentro del recinto tal y como estaba prevista en el proyecto original de Dominique Perrault.

A mayores de estas actuaciones, el proyecto servirá para habilitar una serie de espacios libres para usos diversos, como podrían ser los citados eventos con catering, pero también exposiciones e infinidad de actividades de ocio o culturales (conciertos, cine al aire libre, teatro, recitales, proyecciones, presentaciones, espacios de juego, ‘Come y Calle’, ferias, mercadillos, competiciones deportivas...).

‘La chimenea encendida’

En estos espacios abiertos tendrá especial protagonismo la chimenea de la antigua azucarera, que se convertirá en un poste de iluminación urbana. Será por tanto un nuevo faro de en la ciudad que anuncie un centro de actividad y desarrollo. ‘La chimenea encendida’ será por tanto un símbolo de aquella espectacular ‘fábrica encendida’ que imaginó Perrault en el proyecto original. Los proyectores de luz se instalarán en un anillo estructural elevable mediante sistemas eléctricos que permitan el mantenimiento desde el suelo.

Tendrá además un sistema de control remoto y se valorará la posibilidad de instalar máquinas de humo denso para exteriores que capten la luz de los proyectores y creen una nube de colores que se extienda sobre la ciudad. Estas máquinas permitirían que el humo se aromatice con olores como la melaza o el caramelo creando una nube saludable y con un olor agradable y característico que podría extenderse como un aviso de que la fábrica está abierta el público.

Estará también la ‘plaza de la chimenea’ que estará vinculada exclusivamente a la actividad del Palacio de Exposiciones y de la sala de congresos que se prevé habilitar. El proyecto prevé que sea un espacio semiajardinado con toldos textiles en forma de vela para dar sombra y permitir su uso dinámico.

Además, entre los espacios abiertos que contempla el proyecto se incluye un gran atrio de acceso al complejo desde Doctor Fleming gracias a la nueva estructura metálica que sujetará las fachadas desde el interior, sobre la que se plantará vegetación trepadora.

Estará también la ‘plaza del azúcar’, otro espacio interior de uso polivalente, que puede abrirse o cerrarse desde el exterior. De esta forma, puede usarse como un espacio vinculado o no al Palacio de Exposiciones. Será un espacio flanqueado por los apeos de las fachadas de la azucarera, a los que se añadirán escaleras y pasarelas para crear una ampliación y conexión en altura.

Y estarán finalmente el auditorio al aire libre, que contará con un gran escenario para conciertos o proyecciones con un graderío que lo conecte con la ‘plaza de La Sal’, que estará pensada para los más pequeños. Esto hará que el auditorio pueda superar los 2.000 espectadores, según las previsiones incluidas en un proyecto que se completaría con un jardín de inspiración japonesa en el que se plantarán diferentes especies arbóreas.