Bailar un tango con la emigración

Dos generaciones de mujeres abandonaron Antoñán del Valle en 1930 para buscar una vida mejor en Argentina. Su bisnieta, María Noel Longo, atesora su historia desde Rosario

23/09/2024
 Actualizado a 23/09/2024
María Noel (en el medio) en el Centro Castilla y León de Rosario. L.N.C.
María Noel (en el medio) en el Centro Castilla y León de Rosario. L.N.C.

En la actualidad hay más de 4.000 vuelos diarios en España hacia casi cualquier parte del mundo. Miles de personas pueden amanecer en América y acostarse en Europa en cuestión de horas, una cotidianidad de la vida moderna que se veía como un hecho prácticamente insólito hace apenas 70 años. Aun así, en busca de un futuro más optimista, muchos españoles en el siglo pasado guardaron cuatro cosas en sus maletas y se marcharon sin saber si volverían a pisar la tierra que les vio nacer.

La gente de Antoñán del Valle, pueblo leonés perteneciente al municipio de Benavides de Órbigo, no fue una excepción. En 1929 una madre soltera antuñanesa, Valentina, se embarcó en el navío llamado ‘Groix’ que la llevó desde Vigo hasta Argentina, dejando atrás a su hija con la esperanza de encontrar un trabajo y que en el futuro se pudieran volver a reunir. Dos años después, en 1932, una chiquilla de 14 años llamada Saturnina abandonó Antoñán del Valle para reunirse con su madre al otro lado del Atlántico, en Rosario. Una historia familiar de dos mujeres valientes que tuvieron que emigrar al país del tango y que ahora atesora la cuarta generación, María Noel Longo, como una hazaña que le conecta con sus orígenes.

La ‘bisabuela Valentina’ sentada junto a la ‘abuela Saturnina’ en Argentina. | L.N.C.
La ‘bisabuela Valentina’ sentada junto a la ‘abuela Saturnina’ en Argentina. | L.N.C.

María Noel nació en 1978 y trabaja en un banco. Como siempre fue «muy curiosa por naturaleza», sobre todo acerca de sus raíces, durante el periodo de la pandemia empezó a participar en el centro Castilla y León de Rosario, una institución creada el 25 de agosto de 1920 para acoger a los inmigrantes castellanos y leoneses afincados en la zona. A día de hoy esta descendiente de leonesas es la presidenta de la asociación centenaria y mantiene vivas las costumbres de la comunidad mediante las danzas, la música y diversos festejos que van organizando a lo largo del año. «En Rosario tenemos un evento súper importante en el mes de noviembre llamado ‘Encuentro y Fiesta de Colectividades’, donde todas las comunidades que conviven en la ciudad disfrutan de diez noches de baile y gastronomía típicas», explica.

En octubre de 2023, María Noel viajó a la ciudad de Salamanca para acudir al ‘II Congreso Internacional de Centros de Castilla y León en el Exterior’. Aprovechando este evento, la presidenta del centro de Rosario se desplazó hasta León, donde fuer recibida por el presidente de la Diputación, Gerardo Álvarez Courel. Junto con una conocida de Quintanilla del Valle, María Noel se presentó en Antoñán para conocer a más gente que había emigrado desde allí hasta Argentina poco después de que lo hicieran su bisabuela Valentina y su abuela Saturnina.

«Pude recorrer el pueblo, conocer la casa donde vivieron, tratar con mucha gente muy hospitalaria, muy generosa y que nos abrieron sus puertas para contarnos anécdotas», recuerda María Noel tras admitir que fue un viaje «hermoso» en el que cosechó muy buenos momentos. «Mi abuela nunca volvió a Antoñán, aunque ella decía que si sus abuelos hubiesen seguido vivos, sí que habría regresado», relata.

A su regreso a Argentina, un chico descendiente de leoneses les escribió a través de Instagram (@castillayleon_rosario) explicando que sus bisabuelos también habían emigrado de Antoñán a Rosario. Con la intención de reunirse y celebrar un encuentro en honor a sus antepasados, organizaron una fiesta donde compartieron comida, vídeos, fotos anécdotas y hasta tejieron un telar en honor a la tradición del pueblo leonés. Un pueblo que, por cierto, celebra cada agosto la ‘Fiesta del Emigrante’.

María Noel recuerda las cartas que se escribía su abuela Saturnina con sus primas porque, en sus últimos años, la mujer le pedía a su nieta que las redactara por ella. «Siempre se emocionaba, se le notaba en la mirada», comparte esta mujer de raíces leonesas. La historia de esta familia cambió gracias al arrojo de Valentina, quien se armó de valor en busca de un futuro mejor para ella y para su descendencia. Una más entre tantas personas que tuvieron que emigrar de la España del siglo XX.

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