Dicen que la fe mueve montañas y es verdad que logra cada año movilizar a cientos de personas para acabar rindiendo tributo a una santa que durante décadas fue venerada por miles de devotos llegados desde grandes distancias a Barrillos de Las Arrimadas. Es la fe que se le tributa a la Virgen de los Remedios, una fe viva, según se comprobó en la jornada de este martes tras la finalización de la eucaristía de campaña con la participación de cinco presbíteros, además del titular, para dar paso a la procesión por varias calles de la localidad. En ella decenas de devotos hicieron el recorrido descalzos, soportando las altas temperaturas del asfalto y del hormigón, todo un reto para esos ofrecidos que cumplieron su promesa con la santa.
Es bueno y casi obligatorio la celebración de estos encuentros mitad fiesta y mitad tradición, pero haciendo una comparación de esta romería de hoy a más de cincuenta años atrás se podría decir que son dos romerías distintas en cuanto a la cantidad de romeros acompañantes. En los años sesenta eran miles de fieles los que llegaban en ese tren de vía estrecha hasta el apeadero de Barrillos. Se decía que venían a buscar los favores de la milagrera, como era conocida esta virgen.
Llegaban de varias provincias de la comunidad, de Asturias y Cantabria y, por supuesto, de toda la comarca de la Montaña Central. Del recuerdo regresa esa majestuosa negrillera, hoy desaparecida, que daba cobijo a esos miles de devotos en aquellas grandes comidas familiares que permanecían reunidos hasta bien entrada la noche. Sin embargo, hoy ya no hay esas aglomeraciones de público en ese apeadero, pues tras la finalización de la procesión, lo habitual es que unos vayan a sus casas y otros al restaurante de turno.
La localidad también celebró en la jornada del martes una verbena a cargo de la discoteca móvil Springfield y la gran orquesta Ícaro. Por su parte, para la jornada de este miércoles hay diana programada para las 9:00 horas.