Ante la amenaza de la desinformación, las estadísticas suelen ser una de las formas más contundentes de recordar y poner sobre la mesa ciertas evidencias. Entre ellas, por supuesto, figura el cambio climático. También a una escala tan minúscula como la provincial, dentro de un problema global, se pueden rastrear variables que dejan claro que no hay territorio que escape a la actual crisis climática. De este modo, según los datos del proyecto ‘Global Climate Monitor’, elaborado por los investigadores Juan Mariano Caramillo, José Ignacio Álvarez, Natalia Limones, María Fernanda Pita y Mónica Aguilar, todos ellos del departamento de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla, los municipios de León han incrementado su temperatura en una media de 1,43 grados en menos de un siglo.
Casi grado y medio a mayores dentro de unos efectos locales del calentamiento global que repercuten en las actividades agroganaderas de la provincia, en el riesgo de incendios o en la pérdida de biodiversidad. Los datos de ‘Global Climate Monitor’, recogidos por este periódico en base a un informe del Explorador Social, comparan las temperaturas medias de los tres primeros decenios del siglo XX, de 1901 a 1930, y de las tres últimas décadas completas, de 1991 a 2020. Un intervalo de 90 años en los que León ha visto cómo sus termómetros no han dejado de subir, en realidades que cualquiera de sus pobladores ha podido percibir: la duración irregular de las estaciones, el hecho de que nieve cada vez menos o la sensación de que las olas de calor se suceden con mayor frecuencia.
Sin embargo, como prueba este informe elaborado por expertos en Geografía Humana, la incidencia de la subida generalizada del mercurio no está siendo la misma en todo el territorio leonés. De este modo, se advierten diferencias de más de 0,7 grados en el incremento de la temperatura entre distintas zonas de la provincia de León. A este respecto, se puede contrastar los 1,9 grados de aumento en Escobar de Campos con los 1,17 grados de subida que se registra en Las Omañas, Santovenia de la Valdoncina y Carrocera.
Más incidencia en el sureste
El sector suroriental de la provincia leonesa es en el que se está dejando sentir con una mayor intensidad el calentamiento global. Las subidas de más de 1,7 grados entre los períodos 1901/1930 y 1991/2020 se concentran sobre todo en la comarca de Tierra de Campos, en el área de influencia de Sahagún. Igualmente, en las zonas de Los Oteros, Las Matas y las Tierras del Esla también se registran las mayores subidas en el último siglo.
El municipio con menos habitantes de la provincia, Escobar de Campos, es también en el que más ha aumentado la temperatura: de 10,59 grados en el primer tercio del pasado siglo a los 12,49 grados actuales. En segunda posición aparece Sahagún, cabecera de comarca en que el mercurio ha pasado de promediar 11,08 grados a 12,88 grados. Con un incremento de 1,75 grados, hasta los 13,05 de promedio en la actualidad, Grajal de Campos completa el podio.
Hasta 24 municipios leoneses han incrementado su temperatura media en 1,7 grados o más a lo largo de los 120 años objeto de análisis. Todos ellos se sitúan en esta vertiente sureste de la provincia, en municipios como Santas Martas, Gordoncillo, Matadeón de los Oteros, El Burgo Ranero o Gordaliza del Pino.
Del mismo modo, son 58 los municipios de León en los que la temperatura ha subido en más de un grado y medio. Esta subida que afecta a uno de cada cuatro ayuntamientos leoneses es considerada como el límite del calentamiento global por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), reconocido por las Naciones Unidas y el cual ha identificado que el aumento de la temperatura media global de la Tierra no puede sobrepasar este techo para finales del siglo XXI respecto a los niveles preindustriales si se pretende evitar que el cambio climático se convierta en una amenaza para la supervivencia de los ecosistemas.
De este modo, en relación a una mayor vulnerabilidad, a los municipios anteriores habría que sumar otros situados en el sur de la provincia, en tierras coyantinas, bañezanas y paramesas, así como a algunos del extremo occidental de la comarca del Bierzo, en el área de Valcarce. Cabeceras comarcales como Valencia de Don Juan o La Bañeza se encontrarían entre estos ayuntamientos leoneses con 1,5 grados o más de incremento en los termómetros.
Las zonas menos afectadas
Por su parte, solo una treintena de municipios se encontrarían por debajo del umbral de 1,3 grados. Todos ellos se sitúan en la mitad septentrional de la provincia y en la franja central de la misma. De este modo, la Montaña central habría sufrido en menor medida los efectos del calentamiento global, aunque esta menor incidencia bajaría hasta el entorno de la ciudad de León y su alfoz. En el caso concreto de la capital, los termómetros han pasado de registrar 8,77 en las tres primeras décadas del pasado siglo a 9,95 grados de promedio desde el año 1991.
El grueso de municipios leoneses, un total de 123, han subido en una horquilla entre 1,3 y 1,5 grados, justo en el límite de entrar en esa especial vulnerabilidad que fija el IPCC. Un nivel en el que se movería la propia provincia, puesto que la media de sus 211 demarcaciones se sitúa en los 1,43 grados de incremento en menos de un siglo.
León no es un territorio ajeno al calentamiento global. Aunque muchos de sus efectos ya sean de carácter irreversible, la acción de todos, el compromiso desde lo más cotidiano, todavía puede mitigar las consecuencias del cambio climático en una provincia cada vez menos gélida.