En octubre de 2020 el Boletín Oficial del Estado (BOE) recogía la resolución del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) en la que se dictaminaba la no necesidad de un procedimiento de evaluación ambiental ordinaria del proyecto de desmantelamiento de la central térmica de La Robla. Asimismo, marcaba que este proceso se desarrollará en tres fases. En la fase 0 las actuaciones previstas se centraban en limpiezas en equipos e instalaciones, retirada y condena de acometidas, instalación de medidas de protección colectiva y de medios para la gestión de residuos. La fase 1 conlleva el propio desmantelamiento, mediante la técnica de demolición del ‘top down’ con retroexcavadora y, ocasionalmente, para estructuras de gran envergadura, con oxicorte o demolición por tracción o voladura. En la fase 2 se procederá a la restauración de la parcela.
La central térmica de La Robla fue construida en el año 1970. A primeros del mes de septiembre de 1971 se conectó a la red el Grupo 1, con una potencia nominal de 270 megavatios, mientras que el Grupo 2, con una potencia de 350 megavatios, comenzó a funcionar en noviembre de 1984. Febrero de 2020 fue la última fecha en la que generó energía.
Hace tres meses
El pasado mes de mayo se procedía, ante una gran expectación, al derribo de las torres de refrigeración de la central térmica de La Robla. Las torres tenían una altura de aproximadamente 100 metros y su diámetro en la base era de 73 metros. En conjunto, su forma hiperboloide representaba un volumen de unos 220.000 m3 y un peso de más de 9.000 toneladas cada una.Para realizar esta operación, se optó por la técnica de la fulminación, por la cual se desplomaron sobre su vertical con un ligero vuelco pero sin efecto de basculamiento, con el fin de agrupar hacia ese lado todos los escombros. El tiempo que transcurrió desde el momento del disparo hasta que la estructura se encontró en el suelo fue de unos cinco segundos. En total se utilizaron 182 kilos de dinamita y 378 metros de cordón detonante, y la ráfaga del disparo tuvo una duración de 4.200 milisegundos. La tecnología utilizada (detonadores electrónicos) permitió controlar la continuidad de la cadena pirotécnica hasta el momento del disparo.
Planta de hidrógeno
Naturgy, junto a Enagás, lidera un proyecto para impulsar en La Robla la mayor planta de hidrógeno de España. El objetivo es producir hasta 9.000 toneladas al año de hidrógeno renovable, el proyecto contempla la construcción de una planta fotovoltaica de 400 MW y un electrolizador de hasta 60 MW. La idea es ubicar esta infraestructura en los terrenos de la térmica de La Robla, y cuenta con un presupuesto de cerca de 200 millones de euros.