El cambio climático afectará negativamente a las variedades de la DO León, dice la ULE

En el escenario más pesimista el hábitat idóneo de la uva prieto picudo se podría reducir hasta un 93% en 2070

13/05/2024
 Actualizado a 13/05/2024
La variedad Prieto Picudo es una de las estrellas de la DO León. | GIGANTO
La variedad Prieto Picudo es una de las estrellas de la DO León. | GIGANTO

La revista ‘Theoretical and Applied Climatology’ ha publicado recientemente un artículo titulado ‘Aplicaciones de la bioclimatología para evaluar los efectos del cambio climático sobre la idoneidad vitícola en la Denominación de Origen León’ redactado por el grupo de investigación Promueve (PROpuestas MUltidisciplinares sobre Ecosistemas VEgetales) de la Universidad de León (ULE), que ofrece datos que aconsejan adoptar medidas para mitigar esas consecuencias.

En el artículo, cuya primera firmante es la investigadora Sara del Río, se presentan unas predicciones que sugieren que la viticultura en la DO León podría verse afectada negativamente por el cambio climático, con una importante pérdida de idoneidad del hábitat para todas las variedades de uva analizadas (a excepción de la mencía), con diferencias estadísticamente significativas entre las condiciones actuales y futuras.

Se trata de un trabajo que continúa otro publicado en 2021, en el que se proponía una nueva metodología para la selección de áreas adecuadas para el cultivo de viñedos en la DO León y que partía de la base de que el clima es un factor clave que contribuye al éxito de los sistemas, crucial no solo para la selección de zonas apropiadas para la viticultura, sino también para la calidad y cantidad del vino producido. “Sin lugar a dudas, -explica Sara del Río-, el sistema climático se está calentando y ha experimentado cambios sin precedentes en las décadas posteriores a la década de 1950”.

 

Afección a todas las variedades

La metodología propuesta se probó bajo diferentes escenarios de cambio climático utilizando modelos de predicción por conjuntos que incluyen varios índices bioclimáticos y predictores de suelo con una resolución espacial fina en los viñedos de la DO León.

Los resultados revelaron aumentos en los índices de continentalidad (IC), termicidad compensada (ITC), hidrotérmico de Branas (IB) y rango de temperatura durante la maduración (DTR) en todos los escenarios futuros analizados en comparación con las condiciones actuales. Los valores para el índice ombrotérmico anual (IO) y la precipitación de la temporada de crecimiento (GSP) tenderán a disminuir en el futuro. El patrón de cambios hasta 2070 podría ser más pronunciado que hasta 2050.

Sara del Río explica que se observó una “importante pérdida de idoneidad del hábitat dentro de los límites de la DO para las variedades de uva analizadas”. Se encontraron similitudes entre los mapas de idoneidad de hábitat de ‘Albarín’ y ‘Tempranillo’ que, junto con la ‘Mencía’, serán las variedades menos afectadas por el cambio climático en cuanto a modificaciones en la distribución de superficies aptas para su plantación.

La pérdida de idoneidad dentro de los límites de la DO podría compensarse en cierta medida con nuevas zonas potenciales en territorios situados al norte de la DO. Analizando los resultados para cada variedad, la verdejo podría sufrir la mayor pérdida de superficie apta para el cultivo en el horizonte 2050. La variedad garnacha podría perder prácticamente todas sus superficies óptimas de cultivo en 2070. Sin embargo, cabe destacar que es la uva menos cultivada en la DO León, con viñedos ubicados en sus zonas occidentales. Las proyecciones para la variedad de uva autóctona prieto picudo también son desfavorables, ya que su idoneidad de hábitat puede reducirse hasta en un 93 por ciento en el escenario más pesimista (año 2070).

El grupo Promueve apunta que este impacto negativo “se podría contrarrestar en cierta medida con nuevas y favorables zonas para el cultivo de viñedo en territorios situados al norte de los límites de la DO. “Sugerimos que nuestros resultados podrían ayudar a los formuladores de políticas a desarrollar prácticas y estrategias para conservar las variedades de uva existentes e implementar medidas de adaptación eficientes para mitigar o anticipar los efectos del cambio climático en la viticultura”, concluyen.

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