Casi medio siglo después de que una pareja diese el «sí, quiero» por última vez, más de una década desde que se celebrara alguna de las ceremonias sacramentales entre las paredes del pequeño templo religioso que es la iglesia de San Martín de Conforcos, los ladrillos y piedras que lo levantan y hasta el arco de medio punto que da la bienvenida a su interior rezumaron un brillo especial este 27 de julio. Y es que las tablillas de madera del suelo rechinaron a todo trapo con la llegada de los alrededor de 30 asistentes a la boda de María y Saturio; la primera en celebrarse en la pedanía en los últimos 49 años.
Sus hijos, Iván y Paula, acompañaron al recién consumado matrimonio hasta el altar en una estampa tan insólita para la zona como para la familia; pues no ha sido hasta cumplir los 28 años de noviazgo que la pareja ha tomado la decisión de adoptar su respectivo papel como marido y mujer. Su hija Paula, de 26 años, fue una de las últimas personas en bautizarse en la mencionada iglesia.
Aunque la boda y el resto de actos sacramentales han brillado por su ausencia durante este medio siglo, no han sido nimios los cambios a los que esta pedanía perteneciente a Laguna de Negrillos se ha visto sometida en el mismo periodo de tiempo. Y es que Conforcos dejó de ser un ente con personalidad jurídico-administrativa en 1994, convirtiéndose en un barrio aledaño de la localidad paramesa, localizada a unos 4 kilómetros de distancia aproximada. En la actualidad, la pedanía cuenta con sólo dos residentes habituales, pero el Ayuntamiento contabiliza a unos cinco empadronados. Una de las primeras noticias documentales del enclave se remonta a mediados del siglo XII y se cree que en la década de los 50 del siglo pasado Conforcos llegó a contar con 100 habitantes. La falta de agua potable y de sistema de alcantarillado y los caminos de tierra que sustituyen al frecuente asfaltado dificultan ahora su habitabilidad.
Pero ni el déficit de agua potable, ni la ausencia de carreteras de asfalto ni la carencia de alcantarillado impidieron que María y Saturio contrajesen matrimonio en la iglesia de San Martín. Acompañados de familiares y amigos, los recién casados disfrutaron de un día que llenó las calles de un enclave del Páramo leonés prácticamente deshabitado. Entre vítores, aplausos y coloridos trajes de celebración, María y Saturio dieron el ‘sí’ y lo festejaron sin remordimientos. Marido y mujer reafirmaron así, 28 años después, una promesa conjunta y bailaron, adheridos, al son del ‘Compromiso’ de Antonio Machín.