El envejecimiento de la población en la provincia de León ha venido notándose cada vez más en la que sin duda es la peor de las estadísticas que cualquier periódico puede publicar, que es la referida a la mortalidad. Sin embargo, podría decirse que los datos definitivos más recientes, publicados este martes por el INE y referidos al pasado año, son menos malos que los de los últimos años.
Al margen del récord histórico que supuso la pandemia en el número de defunciones (un total de 7.637 durante el año 2020), la tendencia al alza se había venido consolidando lenta y progresivamente con el paso del tiempo. En este sentido, los 6.651 fallecimientos que se registraron durante 2022 habían supuesto el segundo dato más elevado de la serie histórica y un incremento de casi un 7% en comparación con los 6.220 referidos a 2021. Además, el dato era superior también al de 2019, cuando murieron 6.152 personas en la provincia de León. Y si echamos la vista más atrás, en 2022 se registraron casi 2.000 fallecimientos más que en 1980, el primer año que figura en la base de datos del INE (4.747).
Es por eso que puede decirse que las 5.878 muertes que figuran en la estadística referida a 2023 son menos malos que los de los últimos años. Concretamente, suponen un descenso de un 11,6% en comparación con las 6.651 de 2022 y es el dato más bajo de los últimos diez años.
En todo caso, el dato conocido este martes sigue siendo claramente superior al primero que aparece en la serie histórica que ofrece el INE (1.131 más que en 1980) pese a que la provincia ha sufrido desde entonces un importante descenso de población (se han perdido 81.810 habitantes, ya que la ha pasado de 529.356 a 447.546).
Además, hay que tener en cuenta que los datos provisionales de la primera mitad de este año, publicados también este martes por el INE, apuntarían a un aumento de la mortalidad. Entre enero y junio se contabilizaron 3.161 decesos frente a los 2.990 del mismo periodo de 2023. Si se mantiene la tendencia en el segundo semestre, tal y como ocurrió el pasado año, la provincia volvería a superar los 6.000 fallecimientos en 2024.
Entrando a analizar los datos en función de las distintas causas de muerte y retomando las cifras definitivas correspondientes al pasado año, la principal novedad es que el cáncer pasa a ser la más frecuente con un total de 1.569, aunque se reducen con respecto a las 1.583 de 2022 y las 1.566 de 2021. En todo caso, los tumores causan en la provincia de León una media ligeramente superior a cuatro fallecimientos cada día. En cuanto a la tipología del cáncer, destacan en la estadística el vinculado a la tráquea, los bronquios o el pulmón (283) y por detrás se sitúan el de colon (159), el de páncreas (125), el de vejiga (88), el de próstata (86), el de mama (81), el de estómago (71) y el de recto (71).
En segundo lugar, se sitúan las enfermedades del sistema circulatorio, que habitualmente venían siendo la causa de muerte más frecuente, con un total de 1.465. Los datos reflejan un importante descenso con respecto a las 1.697 de 2022 y las 1.733 de 2021. Se incluyen en este capítulo las dolencias cardiacas –como las hipertensivas y los infartos de miocardio– y también las cerebrovasculares.
De todo ello se deduce que el cáncer y las enfermedades del sistema circulatorio causan ya más de la mitad de las muertes que se producen en León.
El listado continúa con las enfermedades del sistema respiratorio (694 fallecimientos frente a los 557 de 2022 y los 431 de 2021) y en este grupo se incluyen causas como la gripe, la neumonía o el asma.
Y por detrás se sitúan las dolencias vinculadas al sistema digestivo, que fueron el pasado año la causa de 298 decesos en la provincia de León frente a los 324 de 2022 y las 300 contabilizados en 2021).
Mientras, las enfermedades del sistema nervioso causaron 286 muertes, lo que supone un descenso con respecto a las 360 de 2022 y las 331 que se habían registrado en 2021. Destaca en este capítulo el alzhéimer, que el año pasado le costó la vida a 139 personas en la provincia de León.
Por su parte, las enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas provocaron el pasado año 281 muertes (en 2022 habían sido 258) con la diabetes como la más destacada (200).
Es preciso referirse además a las causas externas de mortalidad. La estadística refleja un total de 275 frente a las 228 de 2022. Dentro de este grupo destacan los ahogamientos accidentales (53 frente a 65 de 2022), los suicidios (48 frente a 41) y las caídas (34 frente a 26). Hay también 11 envenenamientos accidentales por consumo de psicofármacos (13 en 2022), un homicidio (tres en 2022), 34 muertes por siniestros de tráfico (18 en 2022) y tres por sucesos ligados al fuego o el humo (las mismas que en 2022).
El listado prosigue con las dolencias ligadas al aparato genitourinario (253), entre las que destacan las de riñón y uréter (88). Y a continuación se situarían los trastornos mentales y de comportamiento tanto seniles como provocados por el alcohol o las drogas (250 frente a 287 en 2022).
Y por detrás se sitúa el grupo en el que se incluyen las enfermedades infecciosas y parasitarias, que cobró relevancia en las estadísticas a raíz de la pandemia. En este sentido, se contabilizaron el pasado año 227 fallecimientos (758 en 2022), de los que 126 correspondieron aún al coronavirus (655 en 2022). Es preciso echar la vista más atrás en este capítulo y recordar que en 2021 las enfermedades infecciosas y parasitarias provocaron 557 decesos (los vinculados a la pandemia se quedaron entonces en 474). Todos estos datos son muy inferiores a los del peor año de la crisis sanitaria (en 2020 habían sido 1.529 en total y 1.091 vinculados al covid).
Finalmente, cabe referirse a los datos de las enfermedades del sistema osteomuscular (104), las de la piel (44) y las de la sangre (30).