El año 2023 dejó 374 nuevos casos de cáncer de pulmón en León, de entre los 3.616 diagnósticos que se realizaron en la provincia durante los últimos doce meses, como indica la información publicada en el Observatorio contra el Cáncer. Esta enfermedad que no ha parado de aumentar en la última década, también dado el incremento de la esperanza de vida actual, y la incidencia para el futuro se espera que llegue a los 422 diagnósticos en el 2040. El mayor número de casos de cáncer de pulmón en la provincia leonesa en 2023, 124, se detectaron en personas mayores de 75 años. Este también, el que arroja una mayor tasa de mortalidad en León: 70 personas por cada 100.000 habitantes, cifra superior a los 61 de hace diez años.
En el Día Mundial de la lucha contra el Cáncer, que se conmemora este 4 de febrero, la Asociación hace especial hincapié en la importancia de la investigación. Un trabajo realizado por la ciencia que, como asegura el presidente de la Asociación en León, Estanislao de Luis Calabuig «hace que el impacto de los cánceres se reduzca». En el caso de los tumores que pueden aparecer en los pulmones, recalca que «se están aplicando técnicas muy novedosas que, aunque aún no están generalizadas, presentan muchos avances». Algunas de ellas buscan indicadores en la sangre y otras hasta en la respiración: «Simplemente exhalando se pueden encontrar algunos elementos químicos que pueden llegar a detectar este tipo de cáncer», apostilla.
«Si se incide tanto en la investigación del cáncer de pulmón es porque hay un fenómeno que está muy relacionado con la enfermedad, y es el tabaco», explica el presidente de la Asociación en León. Los datos que posee la entidad arrojan que «un 60 % de las personas que fuman les gustaría no hacerlo» y una de las razones principales está en la salud. «Está completamente demostrado que el tabaco y el cáncer tienen una relación muy estrecha», indica de Luis, «y no solo para las personas que fuman, si no también para su alrededor».
Lugares libres de tabaco
La ministra de Sanidad, Mónica García, anunció a finales de enero que durante este 2024 se aprobará el Plan Integral Antitabaco que, entre otras medidas, ampliará los espacios públicos libres de humo. «Tenemos la suficiente experiencia y evidencia científica acumulada para saber que la reducción del tabaquismo solo trae efectos positivos», matizaba la responsable del ramo.
La Asociación Española Contra el Cáncer aplaude la decisión del Ministerio de Sanidad y desde hace tiempo trabaja en la creación de estos espacios que «tienen como objetivo que no haya ningún efecto indirecto para los que no fuman», indica el presidente de la Asociación en León, porque «se sabe que muchas personas padecen cáncer por consecuencia del tabaco sin ser fumadores». El propósito de ampliar estos lugares libres de humo, que comenzaron a tomar más protagonismo con laúltima Ley Antitabaco, es que se evite el tabaco «en los lugares donde es frecuente que coincida gente que fuma con gente que no», explica, «prestando especial atención a los menores de 14 años». Estos lugares serían las terrazas de los bares, los campos deportivos abiertos o los conciertos al aire libre, ente otros, donde «está previsto que se prohíba próximamente».
Estanislao de Luis hace también especial incidencia en las colillas que «se cuentan por miles en la calle» y que «emiten sustancias cancerígenas al menos durante 24 horas».
Dejar de fumar
La Asociación Española Contra el Cáncer en León cuenta con un plan de deshabituación tabáquica desde el año 1994. «Desde entonces y hasta ahora, con lista de espera continuada, seguimos atendiendo a población fumadora, muchas veces me pregunto de dónde sale tanta gente para dejar de fumar». El que habla es José Antonio Pérez de Abajo, psicólogo clínico y responsable de estos cursos de la entidad en la provincia. Este programa –como todos los recursos de la Asociación Española Contra el Cáncer– es gratuito, solo hace falta un depósito de 40 euros al inicio del curso que será devuelto al finalizar el mismo, «para evitar que alguien venga a la primera sesión y automáticamente lo deje».
El programa de deshabituación tabáquica consta de seis sesiones iniciales semanales y otras tres de seguimiento pasado el mes, los tres meses y los seis. «Dejar de fumar es difícil, es una adicción complicada, pero ese abandono se puede abordar con ciertas garantías», cuenta el psicólogo clínico. El programa es ambicioso y su objetivo claro tiene que ver con el mantenimiento: «Abordamos estrategias de autocontrol durante todo el programa y el seguimiento lo hacemos con previsión de recaídas», añade el profesional.
El programa de deshabituación tabáquica en León puede enorgullecerse de tener entre un 60 y 65 % de casos de éxito, un porcentaje que «no te da ninguna otra Asociación, ninguna llega ahí», afirma José Antonio Pérez. No obstante, la relación con el éxito se ha de abordar de una forma cuidada: «Si yo les digo que el porcentaje es muy bajo, probablemente piensen que no tienen mucho que hacer y si, por el contrario, les cuento que es alto el nivel de esfuerzo personal será más reducido».
Esta terapia, que es de carácter grupal, es también combinada desde hace un par de años gracias a Lourdes, una médico especialista en tabaquismo. Su trabajo es individual «y se encarga de valorar si esa persona fumadora necesita algún aporte más, algún tratamiento farmacológico».
Existe un rango etario claro en cuanto a las personas que quieren dejar de fumar, que toman la decisión «entre los 40 y 53 años». Son mayoría las mujeres que acuden a este programa y, en un principio, todas las personas «lo hacen por salud». En la terapia se habla de que fumar es «un importantísimo factor de riesgo» pero «que el tabaco es malo ya lo saben ellos», añade el psicólogo. En este momento es cuando piden una toma de decisiones «desde un punto de vista más reflexivo» y José Antonio Pérez asegura que existe una razón más poderosa «que se hace a posteriori» y es «el sentirse libres e independientes»