Los carros engalanados cumplen 50 años en León

Por Máximo Cañón Diéguez

27/09/2024
 Actualizado a 27/09/2024
| MAURICIO PEÑA
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La tradición tiene su identidad y sus perfiles. Y en el caso que tratamos ahora, uno de ellos, es el carro. Lo acredita su singular protagonismo en la festividad de San Froilán, patrono de la diócesis legionense, lo mismo en la Virgen del Camino que en el ritual celebrativo de ‘Las Cantaderas’, que, desde 1978, por acuerdo del cabildo catedralicio y la municipalidad leonesa tiene lugar el domingo precedente a la citada festividad litúrgica.

Antiguamente, cada cinco de octubre, las familias leonesas se desplazaban, al igual que hoy, movidas por la fe y la devoción, hasta la Virgen del Camino con el propósito de rendir tributo de veneración a la Patrona de la Región Leonesa, Regidora Perpetua de la ciudad de León desde el nueve de mayo de 1938, y, a la par, con el fin de participar en la secular romería que se celebra en dicha localidad. Este año, precisamente, se cumple el septuagésimo aniversario de la concesión y entrega de la primera y excepcional Medalla de Oro y Brillantes de la Excma. Diputación Provincial de León a la citada imagen, que le fue impuesta en un emotivo acto celebrado el cinco de octubre de 1954, hace, como digo, setenta años.

En aquel entonces, para el desplazamiento, se usaba como medio de transporte el carro, debidamente engalanado y bien abastecido con las viandas que requería la jornada. En su interior viajaba cada familia romera. La puesta en escena de los vehículos a motor fue arrumbando de modo gradual el citado elemento de transporte tirado habitualmente por solípedos o por semovientes hasta que el recuerdo hizo de él una figura romántica y por supuesto en desuso, incluso, hasta en las faenas agrícolas donde su protagonismo era incuestionable. 

Toda romería es viva expresión de la religiosidad popular. Y, naturalmente, patrimonio cultural, signo de identidad y ejemplo de concurrencia y policromía. «Caravanas de cientos de carretas de labranza tiradas por bueyes y engalanadas con las colchas del Corpus, formando tiendas de campaña», afirma Antonio Viñayo que acudían a la Virgen del Camino y componían una estampa tan atractiva como sugestiva. 

En esta señalada tradición tiene, pues, raíz y sustento el concurso de carros engalanados inserto en el programa de fiestas que organiza el Excmo. Ayuntamiento de León con motivo de la festividad de San Froilán. El desfile de los pendones es posterior. El ondear de estas enseñas por esta antigua Corte de Reyes, al ritmo de tamboriles y dulzainas, data de 1991. 

Como se sabe, entre los actos que figuran en dicho programa sobresale la fiesta de ‘Las Cantaderas’, ceremonia que rememora el lejanísimo ‘Tributo de las Cien Doncellas’, basculante entre la oferta voluntaria y en el foro preceptivo según la visión de las dos instituciones implicadas, es decir, el Corregimiento de León y el Cabildo de la S. I. Catedral legionense.    

En dicha conmemoración, que embellecen los fueros de la emotividad y la heráldica del protocolo, destaca el cortejo cívico-religioso compuesto por la Corporación Municipal de León, ‘en forma de ciudad’, donde figuran los cuatro Maceros, la policía municipal de gala y la banda de música. Anteceden a todos ellos la sotadera, ataviada a la usanza morisca, las cantaderas, con sus cestillos o azafates henchidos con frutos típicos de la tierra leonesa, y un bello carro ereja de bueyes que muestran dos roscas de pan en las astas.

El vehículo de tracción animal, hasta 1975, bien, por el templo o, bien, por la Puerta de la Gomia, acceso al claustro catedralicio por la calle Cardenal Lándazuri, se dirigía a la panda sur claustral donde se encuentra la imagen gótica de Nuestra Señora del Foro y Oferta de Regla, efigiada en el tímpano del sepulcro protogótico del chantre y juez eclesiástico Munio Ponzardi, fallecido el 19 de septiembre de 1240, ante la cual concurre todos los años el Ayuntamiento de León, según tradición hasta ahora siempre respetada, en recuerdo de la batalla de Clavijo y del rescate del tributo de las Cien Doncellas. Actualmente, el carro aguarda a las puertas de nuestro primer templo a que terminen los actos.

En cuanto al concurso de carros engalanados debe subrayarse que es una imagen que reúne a carros típicamente nuestros, leoneses, tirados por hermosas yuntas de vacas, donde destacan el hombre del agro leonés con su capa, madreñas, sombrero y aguijada, y la mujer leonesa, con su rodeo, zagalejo, faltriquera, mantón y pañuelo a la cabeza. Los orígenes de dicho concurso se remontan a los años 1929 y 1946. Se celebró entonces el cinco de octubre. Su promotor fue José Eguiagaray Pallarés, en ambas ocasiones alcalde de León. 

Hace ahora cincuenta años, el seis de octubre de 1974, se llevó a término el primer concurso de carros engalanados. Siete fueron entonces los participantes. Se concentraron a las diez de la mañana en la plaza de San Isidoro. Desde aquí partieron hacia la plaza del Grano, siguiendo este itinerario: calle de Serranos, Pablo Flórez, plaza de Regla, Mariano Domínguez Berrueta, plaza Mayor, Plegaria, plaza de San Martín, Juan de Arfe y Cuesta de Carbajal.

A las doce de la mañana, en dicha plaza y al aire libre, en un altar instalado al efecto en el atrio, frontero al crucero pétreo de la plaza, se celebró la Eucaristía oficiada por el párroco de Nuestra Señora del Mercado, Enrique García Centeno, siempre inolvidable. Ante la imagen de Santa María del Mercado, la Antigua del Camino, que había sido entronizada allí, «se renovaban las ofrendas de los frutos de la tierra ante la Patrona del viejo Reino de León, y muy en especial de esta provincia nuestra», tal como recoge textualmente la crónica publicada en ‘Proa’ [08.10.1974, p. 8], firmada por Valdés.

Asistió la Corporación Municipal, con el alcalde de la ciudad al frente, Manuel Díez Ordás. A la finalización del acto litúrgico, el edil José Manuel Serrano Ortiz, presidente de la Comisión de Festejos, leyó la glosa festiva, redactada para la ocasión por Victoriano Crémer. Luego se procedió a la lectura del acta del jurado que otorgó los correspondientes galardones a los carros presentados al concurso. El resultado fue éste: 

El primer premio, dotado con veinticinco mil pesetas y patrocinado por la Caja Rural de León, se otorgó al carro presentado por el Ayuntamiento de Noceda del Bierzo. El segundo, patrocinado por ‘Acomve León Típico’ con doce mil pesetas, lo mereció el carro presentado por el pueblo de Villimer. El tercer galardón, consistente en cinco mil pesetas aportadas por la Cámara Sindical Agraria se concedió al carro del barrio de Santa Ana, de León. El cuarto, dotado también con cinco mil pesetas, al carro presentado por ‘Mesón Celso’. El quinto y el sexto premio, fijados cada uno de ellos con un importe de mil pesetas, correspondieron a los carros de Corporales y Puente Castro, respectivamente.

Según la referida reseña de ‘Proa’, Gooy y Cristóbal, «figuras populares que iban conduciendo dos de los carros, constituían motivo de personal atracción en este ambiente bullicioso y alegre». El jurado, presidido por Fernando Salgado Gómez, primer teniente de alcalde, estuvo formado por Javier Rivera Ramos, Luis Lobato Puente y Carlos González Pérez de Ayala, representantes de los patrocinadores. 

Por la tarde, las viandas propias del día, chorizo, morcilla y vino de León, adquirieron en la plaza de Santa María del Camino el justo protagonismo que les reserva la tradición en estas fechas tan leonesas y populares.

Máximo Cayón Diéguez es Cronista Oficial de la ciudad de León.

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