Una casa del terror que cada 31 de octubre abre sus puertas a la diversión y el miedo

Desde hace varios años Pili convierte su vivienda, en Benavides, en un auténtico túnel del miedo que invita a recorrer

31/10/2024
 Actualizado a 31/10/2024
https://youtu.be/mlKuqYnM6z0

Cada 31 de octubre la casa de Pili, en el número 62 de la calle Escribano de Benavides de Órbigo, abre sus puertas a la diversión y el miedo. Ella y su familia trabajan varias semanas para que durante una sola noche, la de Halloween, este inmueble se convierta una auténtica casa del terror, en un laberinto cubierto de telas de araña en el que varios personajes reproducen escenas de terror que buscan el susto, pero también la sorpresa y las risas de quienes se atreven a cruzar su puerta.

Suelos con diferentes texturas, arañas, una enfermería sangrienta, una cama en la que se reproduce la conocida escena de El Exorcista o un vampiro en una caja son algunas de las sorpresas que pudieron encontrar los visitantes este año, en el que la actuación arrancó sobre las 22:00 horas y a las 00:00 los personajes (unos 14) salieron de la casa para recorrer las calles de Benavides.

Hace aproximadamente nueve años que Pili comenzó a ‘vestir’ su casa para celebrar Halloween. Empezó como un juego, animada por su hija, que en entonces tenía unos diez años. Mientras jugaba con sus primos le dijo a Pili que saldrían y que llamarían a la puerta, pero que entonces la casa se habría convertido en un viejo caserón, en una casa del terror. Ella abrió con una careta y asustó a los niños y su sorpresa y lo que disfrutaron de ese día hizo que se animara a continuar y que cada año adorne su casa y la abra a todos aquellos que quieran verla. El anterior acudieron unas 300 personas. «Aquello fue exagerado», explica Pili, que recuerda con cariño el año en el que fueron sus tías, que tienen unos 70 años y cuyas reacciones hicieron que pasaran un rato muy divertido.

Pone solo tres condiciones para entrar: que la gente no vaya disfrazada para poder mantener todo controlado, que los niños pasen bajo supervisión y que la gente se divierta, porque «esto es para el susto y las risas y nosotros somos los primeros en disfrutar».

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