Para muchos niños, niñas y adolescentes, acudir cada mañana al colegio o instituto puede ser un suplicio. Quizá porque son pequeños y débiles o porque tienen gafas, quizá porque no les gusta el fútbol o tienen una gran afición por los libros. Quizá porque son latinos, negros o gitanos o que sus ropas están sucias y viejas. Quizá porque su identidad sexual es diferente. Los motivos son infinitos y los abusones demasiados.
Este jueves se celebra el Día Internacional contra el Acoso Escolar y, por ello, la Unesco invita a los centros educativos del mundo a «proteger, educar, empodera para combatir la violencia en las aulas, que desde hace año continúa además fuera de las aulas a través de las redes sociales. Aquí, en la provincia de León, es un buen momento para analizar los datos conocidos en esta materia, que demuestran que los casos sospechosos de constituir acoso escolar se han multiplicado por cuatro en la última década, quizá también porque ahora se investigan más y ya no se pasan por alto las actitudes que dañan a los escolares en el aula y fuera de ella.
Si se analizan los últimos informes de la Junta de Castilla y León en materia de convivencia, que se publican anualmente, se puede observar que se ha pasado de 21 casos investigados en los colegios e institutos de León en el curso 2012/13 a los 82 que contabilizó la Junta en su informe del 2022/23, el último curso del que se tienen datos. La cifra ha ido ascendiendo paulatinamente, siendo especialmente relevante el descenso pronunciado en los años de la pandemia, ya que se contabilizaron 54 y 44 casos en los cursos 2019/20 y 2020/21 respectivamente.
Cabe señalar que, de todos estos casos, pocos llegan a confirmarse como bullying oficialmente, por las dificultades de demostrar que la violencia en las aulas es continuada y no hechos puntuales. Por ejemplo, de los 82 casos del último curso, no se confirmó ninguno.
Violencias específicas
Por otro lado, en el caso de las incidencias específicas, que la Junta no contabiliza como acoso escolar propiamente dicho, pero en las que efectivamente se abre un expediente por un posible conflicto por razones como el sexo o la identidad sexual, la procedencia o los rasgos físicos, no hay datos por provincias, pero sí se puede extraer de la cifra autonómica publicada que se han duplicado en apenas un año. Así, si en el curso 2021/22 se registraron 952 incidencias, al año siguiente fueron 1.952.
Respecto al número de centros educativos de la provincia que registran casos de bullying, la cifra más actualizada es la de los 113 centros que reportaron incidentes en el curso 2020/21. El portal de convivencia de la Junta sí que ofrece información más actualizada en materia de ciberacoso, algo que también ha crecido desde que se empezó a documentarse en el año 2016. Las cifras oficiales recogen que aquel año hubo seis casos confirmados de intimidación en redes sociales, mientras que en el curso 2022/23 se elevó hasta los 14.
Sanciones contra las incidencias
¿Y cómo se corrige a un acosador? La sanción más frecuente (48,1%) es la suspensión de la asistencia a clase hasta un máximo de 5 días. En casos más graves, se le expulsa hasta 30 días lectivos. También es habitual prohibir la participación en actividades extraescolares y las actuaciones dirigidas a reparar el daño causado. Sólo en 1% de las ocasiones se cambia de centro al alumno acosador.