Comienzan las obras del Monasterio de Montes, que culminarán en ocho meses

Los trabajos, que cuentan con un presupuesto superior al millón de euros, darán empleo a una treintena de personas y posibilitarán la apertura de un albergue

Mar Iglesias
04/08/2016
 Actualizado a 11/09/2019
Rapún, Pérez y De Cela, los tres directivos de la Fundación dando a conocer las obras del Monasterio.| MAR IGLESIAS
Rapún, Pérez y De Cela, los tres directivos de la Fundación dando a conocer las obras del Monasterio.| MAR IGLESIAS
Las obras de rehabilitación del ala este del Monasterio de San Pedro de Montes ya han comenzado y «tendrán una duración de ocho meses», explica el secretario de la Fundación Hospital de la Reina, Miguel Ángel Pérez, colaboradora de las obras, que se costean a cargo del 1,5% Cultural, de la Consejería de Fomento y la propia Fundación.

En total casi un millón de euros para una rehabilitación que no completará todo el edificio pero que «servirá para que grupos de jóvenes lo visiten y se queden y para dar movimiento al pueblo», explica el presidente de la Fundación, Antolín de Cela. Los trabajos de rehabilitación comienzan con un plazo de ejecución de ocho meses y adjudicados a la empresa vallisoletana Trycsa «que destaca por su alta cualificación en la rehabilitación de edificios históricos como el Castillo de Ponferrada, el Castillo de Cornatel o la Iglesia de San Andrés». Entre veinte y treinta trabajadores se implicarán con estas obras, que afectan a 1.097 metros cuadrados del edificio, zona declarada Bien de Interés Cultural y hoy convertida en ruina. Además se impermeabilizará el trasdós de las bóvedas que forman el techo de la antigua cocina del Monasterio.

El proyecto de restauración ha sido elaborado por el arquitecto Eloy Algorri, que lo presentará próximamente sobre el terreno, aunque en el documento de reconstrucción contempla que «se habilitará la Panda (ala) oriental del patio del siglo XVIII, contruida entre 1745 y 1749, y pretende insuflar una inyección vital al monumento, entendiendo que una operación de esta naturaleza es la más eficaz de cara a garantizar su pervivencia en el futuro».  Aún están por definir los usos posteriores que se le den al edificio, pero De Cela apunta a que sea un albergue de inicio, porque en la planta alta hay cinco dependencias que pueden utilizarse como dormitorios. A ello se suma la apertura de un centro de interpretación de la Tebaida berciana, que lucha por su inclusión como Patrimonio de la Humanidad. De Cela considera que estos posibles usos, que definirá la Fundación cuando tenga listas las obras comenzará a mover turísticamente la zona, e incluso a ayudar a la repoblación de un pueblo, del que es párroco y que cuenta con siete habitantes «la planta baja se puede dejar para sus reuniones y para realizar alguna exposición», dice.

Pero su idea es que las obras tengan continuidad con la Panda Sur «la menos costosa», dice, pero que podría dar «para abrir un pequeño hotel». Considera que ese debe ser el segundo paso a dar en la restauración, que podría continuar con el claustro.
Son obras «costosas y que nosotros no podemos asumir», dice De Cela, apuntando que será la Fundación la que se encargue del mantenimiento del edificio «y eso supone una carga para nosotros», dice.

Para De Cela, ver el inicio de las obras en el Monasterio es «algo especialmente emotivo» para un párroco que ha visto como las zarzas se hacían con el Monasterio arruinado «es el cúlmen de mi vida sacerdotal», reconoce. Pero además, considera que es la recuperación de la mirada al Bierzo «porque la comarca nació ahí, bajo de las alturas de esos montes». Es más, considera que la Cruz de Peñalba es «un signo religioso» del inicio del cristianismo en la comarca.
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