Pablo Casado se llevó este domingo en su llegada a Matadeón de los Oteros, el pueblo de su familia paterna, una de cal y otra de arena. Fue en forma de pancartas. En una se podía leer ‘Despoblación serio problema’ y en otra, ‘Bienvenido Pablo’. Sería esta la primera vez que el presidente del Partido Popular y candidato a la Presidencia del Gobierno de España se encuentra esta estampa al llegar al pueblo de su abuelo, Don Eutiquio el médico. Hasta allí se dirigió después de un acto electoral en la capital leonesa en el que no pudo por menos que recordar sus raíces familiares en la comarca de los Oteros hacia la que emprendió camino para disfrutar de una comida familiar en casa de su tía Merche. Pero antes era la hora del vino, y como un paisano más de Matadeón, acudió a tomarlo acompañado de su esposa y demás familia.
– ¿No querrás un ribera, verdad?, le preguntó Charles, el camarero, entre risas.
Pero no, Pablo quería un prieto picudo. Un rosado que paladeó al tiempo que aprovechó para hacerse fotos con los vecinos del pueblo donde su familia tiene una casa. Algo tímidos al principio, poco a poco los parroquianos se fueron animando y charlando con él. Campechano y con una chapa en la solapa de su chaqueta en la que se podía leer ‘Yo soy de pueblo’ ejerció como tal entre recuerdos familiares y conversaciones con los vecinos. Pero el día no acabó con un clarete en el bar de Matadeón y es que Pablo Casado aprovechó para seguir siendo un paisano más.
En su intervención en León destacó que su abuelo iba en burro por el pueblo, pero mucho ha cambiado el campo. Burros, y zamorano-leoneses, sigue habiendo en Matadeón pero Casado prefirió subirse al carro de la nueva maquinaria agrícola conduciendo un tractor Fendt por las eras del pueblo. Lo hizo de la mano de Diego, un joven agricultor de la localidad que también le regaló las camisetas que hacen para las fiestas de septiembre. Y si las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura son en parte el futuro de los pueblos, más lo son las personas. Con que Pablo no dudó en posar con Valerie Charlotte, la hija de Charles el camarero. Con apenas un mes de vida la pequeña ha sido la primera en nacer este año en Matadeón. «¡Se acabó la despoblación!», dijo Casado con la recién estrenada vecina del pueblo en brazos. Pero no, en este pueblo la siguen padeciendo aunque no pinta mal del todo este año su censo con otros dos que están en camino. Uno de ellos el hijo de María, con la que Pablo también aprovechó para fotografiarse, al igual que con Rosa, una mujer que trabaja en la quesería familiar que tienen en el pueblo. Allí estaban también ganaderos, agricultores, autónomos valientes que pese a todo han apostado por el medio rural. Porque aunque hasta ahora Pablo no había disfrutado de un vis a vis con sus paisanos, la vida en Matadeón lleva años resistiendo.
Como un paisano de Matadeón
Pablo Casado aprovechó su paso por León para ir al pueblo de su familia paterna donde tomó un vino, charló con sus vecinos y se paseó en tractor
01/04/2019
Actualizado a
19/09/2019
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